Polina (Bastien Vivès)


POLINA, de Bastien Vivès. Diábolo Ediciones. Cartoné. 206 págs. Bitono. 19,95 €

Nunca he tenido la aptitud ni la sensibilidad para apreciar el ballet o la poesía: son cosas que creo que tenía que aclarar antes de ponerme a escribir acerca de la nueva novela gráfica de Bastien Vivès, Polina. Polina nos cuenta la vida de una bailarina de clásico dentro de las formaciones más clásicas, aquellas que se estudiaban a fuerza de tesón y entrenamiento en los países de la órbita de la extinta URSS. En esta obra, vemos toda la historia de la protagonista, desde niña principiante, dando sus primeros pasos hasta convertirse en una gran dama de la escena del baile. Participamos, así, de todos sus cambios vitales, unidos siempre al ballet o de su transformación como bailarina, ligada siempre a su evolución como persona. He aquí que nos encontramos con otro personaje femenino de los que tanto gusta este autor, ya conocido por estos lares, y que nunca nos ha dejado indiferentes.

Éste es su último álbum publicado en nuestro país dentro de su corta pero prolífica andadura comiquera, en una edición de Diábolo muy cuidada, al servicio de uno de sus puntales y para deleite de sus lectores. En esta obra, el autor cambia el color desmesurado de En mis ojos o las acuosas tonalidades de El gusto del cloro por blanco y negro enmarcado en grises, formando una triada rotunda y, como siempre, usando el color como un elemento más, casi como si de otro personaje se tratase. Ese blanco y negro también imprime carácter a los personajes, entre quienes destaca arrasando completamente, la bailarina protagonista Polina. Se trata de un ejemplo claro de la ideas que se suele tener (o al menos que yo tenía) de las bailarinas de ballet clásico: pura fragilidad con armadura de acero, poesía en movimiento conseguida a base de disciplina. A ella se suma el maestro, figura escondida tras unas gafas y un bloque de personalidad enorme e inaccesible, pero que deja huella por su sinceridad y reglas claras. Hay otros tantos personajes que terminan por configurar el elenco de este cuerpo de baile, pero no vamos a desvelar el tebeo al completo. Sólo esperamos haberles abierto la puerta de este teatro y su puesta en escena para que entren, vean y disfruten desde los primeros acordes, con los primeros pasos, dejando que Vivès y su Polina les lleven a su mundo, por su historia, de puntillas o con piruetas, sin estridencias. Puede que después de todo, encontremos obras que nos hagan ver que algo de sensibilidad sí tenemos.