Y se me presentó en forma de bestia (Jorge Pérez-Ruibal)

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Y se me presentó en forma de bestia (Jorge Pérez-Ruibal). Ediciones Contracultura, 2008. Rústica con solapas. 17 x 24 cm. 80 págs. B/N. 8 €

El cómic peruano, a pesar de tener autores y obras muy interesantes, es uno de esos grandes desconocidos para el público español. Hace unas semanas repasamos Islas de Rodrigo La Hoz, y Martin Lopez Lam, peruano afincado en España que lleva años al frente de Kovra y Ediciones Valientes, este año nos ha regalado Parte de todo esto. Hoy vamos a hablar de otro autor peruano: Jorge Pérez-Ruibal.

En Y se me presento en forma de bestia se recopilan los trabajos del autor en su fanzine Trulopolis, publicación que recogía las historias e ilustraciones de este. Así pues, en este título nos encontramos ambas vertientes, tanto las ilustraciones como las historias cortas. Por un lado, las ilustraciones son de carácter experimental, bizarras (en el sentido inglés de la palabra), desarrollos a partir de un tema central.

Las microhistorias, por lo general de una o dos páginas, están enlazadas por el corte personal con el que están trazadas. No sé si podemos hablar de autobiografía, pero sí que hay mucho del autor en los personajes principales de estas páginas, y sí que podemos decir que el/los personajes principales son o parecen ser el alter ego de este. Otra característica que se traza en estas historias es la utilización del sexo y la violencia, pero de forma nada descarnada ni agresiva, ambos integrados en un paisaje imaginario que el autor esboza, hasta el punto que podríamos estar hablando de sexo rutinario desapasionado, que contrasta con las apasionadas escenas románticas que cierran este título.

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Podríamos establecer unos cuantos paralelos con autores españoles, salvando distancias de espacio y tiempo, para hacernos una idea de lo que nos ofrecen estas páginas: el primer referente sería Juarma López. El autor granadino y el peruano comparten el sentido de lo poético en la escritura de sus historias; otro autor paralelo sería Paco Alcázar, sobre todo en el desarrollo de unos personajes patéticos que viven una vida regida por lo ilógico de unos usos y costumbres alejados de la sociedad (aunque en realidad están más cercanas de lo que parece). Y, por último, un humor absurdo y surrealista como el del autor valenciano Jorge Parras.

El carácter provocador de los tres autores españoles mencionados es compartido por Jorge Pérez-Ruibal, de manera que Y se me presento en forma de bestia es un texto que busca romper ciertos esquemas mentales vinculados a lo social, pero no lo es en un sentido vulgar y sí en la forma en que se nos presenta, sobre todo en lo que toca a lo estético y los temas tratados: drogas, sexo, violencia… Sin aspavientos, apologías ni exaltaciones, normalizándolo, convirtiéndolo en rutina, algo que quizás sea mucho más complejo de entender.

Esta obra representa una gran oportunidad para aproximarse a este autor que, sin complejos, nos habla de su vida, ya sea en primera persona o a través de un tercero. Posiblemente sea ese el aspecto más destacable, el ser capaz de autoanalizarse sin ser lastimero explicándose a uno mismo a través del contexto y de las situaciones. Eso sí, el juego narrativo empieza en la portada en la que el autor y su alter ego se dan la mano como si se tratara del inicio de algún juego o deporte de competición.