Invencible: Cosas de la vida (Kirkman & Ottley)

Leer comics de superhéroes se ha convertido en una tarea complicada. Las grandes editoriales Marvel y DC tienen un ojo puesto en los números y otro en Hollywood. Las grandes series se han convertido en franquicias explotables que dan más réditos en el cine y con el merchandising. El gran perjudicado es el comic que se convierte en un producto más y con un peso económico muy inferior. Recientemente leí este post en el blog de nuestro amigo Tebeonauta dónde exponía algunas reflexiones al respecto y me sentí identificado. La rémora de los 40 años de historias pesa como unos zapatos de plomo en mucho de los personajes; los superhéroes ya no vuelan tan alto como antes. Pero sería un error ceñirnos únicamente a las dos grandes. Podemos encontrar señales que indican que el género está lejos de agotarse.

Me recomendaron el Daredevil de Brubaker y Lark ya que la nueva etapa parecía interesante. Lo estoy leyendo y ciertamente es de lo mejorcito que tiene Marvel hoy en día pero nos encontramos con un comic de superhéroes llevado al género negro. Eso en sí mismo no es malo, el resultado es grato y la lectura también pero ¿necesita mezclarse el género superheroico con otros géneros para ofrecer algo diferente, fresco o entretenido? ¿tanto necesitan los superhéroes alejarse de ellos mismo para ofrecer algo bueno? La respuesta es NO y la prueba es Invencible.

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Invencible 7: Cosas de la vida (Robert Kirkman & Ryan Ottley). Aleta, 2007. Rústica. 168 págs. Color. 15,00 €


Invencible parte con una ventaja indiscutible. Es un personaje de nuevo cuño, una página en blanco para hacer lo que mejor apetezca al autor. Claro está que esa «ventaja» es tal en manos hábiles como el caso que nos ocupa. Éste es otro de los puntos fuertes la inteligencia y habilidad de Kirkman a los guiones. Para mí una de los grandes aciertos de esta seria es no rehuir, ni disfrazar, ni reformular el género. Triunfa con las armas y los rasgos más característicos del cómic de superhéroes como son las aventuras, los disfraces y los archienemigos. Todo esto se combina con frescura y dinamismo dando como resultado una lectura de entretenida a vibrante.

Alrededor de el protagonista se crea un mundo de personajes y ambientes que caracterizan perfectamente la situación. Adolescente estudiante, hijo del héroe más grande del mundo que descubre que también tiene poderes. Toda una metáfora del cambio adolescente. A partir de aquí empiezan las aventuras del «Invencible» del título que pronto descubriremos llenas de sorpresas. Las grandes editoriales de cómics de superhéroes se hartan de lanzar historias y series dónde prometen cambios para que «nada vuelva a ser lo mismo» o «todo cambiará para siempre» mientras nosotros no podemos evitar sonreir pensando «más de lo mismo» o «no te lo crees ni tú». Kirkman, sin embargo, consigue hacer realidad esas frases, nos regala lo inesperado, la sorpresa. Ahí encontramos una de las características más loables de esta serie; aquí puede pasar de todo. De todo. Con esto recuperamos ese «sense of wonder» dónde, de una página a otra, podemos darnos de bruces con un giro inesperado o una trama sorprendente. Recuerdo unas sensaciones parecidas leyendo unos X-Men dónde todo podía pasar y ¡pasaba!.

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También se aprecia como las ideas parecen lejos de agotarse ya que hay abiertas varias tramas que han ido avanzando y que parecen lejos de cerrarse. Así que el viaje está siendo movidito pero no parece que vaya a calmarse. Si os decidís a acercaros a este cómic os recomiendo empezar por el principio para poder saborear el Tour de Force al que se ve sometido Mark Grayson/Invencible. La sensación será parecida a la de abrir las ventanas de una habitación cargada en un día de primavera. El aire entra y vuelves a respirar como no lo hacías desde hace tiempo. Aleta ediciones ha publicado siete números que corresponden a 24 números americanos. Si bien los cuatro primeros números eran números dobles parece que finalmente Aleta ha optado, acertadamente añado, por publicar los TPB americanos íntegros. Supone más desembolso pero la lectura gana enteros.

Por último os quiero dejar unas palabras que escribe Mike Wieringo en la introducción de Invencible, Cosas de la vida:

«Como la mayoría de chicos de mi edad, crecí leyendo comics de superhéroes y aún los amo profundamente. Pero con el transcurrir de los años -de las décadas- esos personajes de más de cuarenta años de historia han empezado a perder su lustre. Después de todo, cuando un personaje es un icono de una corporación (como lo son los personajes de Marvel y DC, afrontémoslo), no se le permite cambiar o crecer, de modo que acaba siendo un poco estático. Por eso me quedé tan alucinado cuando descubrí INVENCIBLE.»

Pues no ha sido el único.

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Excelente, tebeos como este hacen grande el cómic


Iñaki