Recordando a Manfred Sommer

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Manfred Sommer (San Sebastian, 1933) comienza a temprana edad su andadura en los cómics. Como era habitual en aquella época empieza de ayudante de otro dibujante veterano, Jesús Blasco, con tan sólo 9 años, y a los 14 ya edita sus primeras historietas en las editoriales De Haro, Molino y Bruguera. Entre 1955 y 1958 se traslada a vivir a París y Bruselas, donde continúa su carrera como historietista. También recala en Brasil y Paraguay: sus experiencias a corta edad en la Guerra Civil española y la posguerra y sus viajes alrededor del mundo harán mella en su personalidad y se reflejarán más tarde en sus historietas, especialmente en las de su personaje más afamado, Frank Cappa, corresponsal de guerra.

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En 1963 Sommer decide abandonar el cómic y monta un estudio de animación, aunque su iniciativa no prospera. Continúa trabajando para la agencia belga Ali, realizando numerosos trabajos para el extranjero, y poco a poco vuelve al mercado nacional, primero realizando ilustraciones para Bruguera y posteriormente entrando a formar parte de Selecciones Ilustradas, la compañía de Josep Toutain donde se reunían algunos de los historietistas más importantes de la época y que tan bien retratase Carlos Giménez en su serie Los Profesionales. Sommer recordaría esta época como una de las más felices de su vida como autor de cómic, y es mientras trabaja para Toutain, en 1981, cuando crea a Frank Cappa, que a la larga se convertiría en su estandarte ideológico y profesional, en la historia El último africano. A Toutain no le gusta la idea y Sommer decide autoeditarla en un álbum hoy en día inencontrable.

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Viñetas de la edición en Metal Hurlant de El último africano


En 1980 publica en los primeros cuatro números de la revista Hunter el western El lobo solitario. Para la revista Cimoc produce una serie de historias cortas protagonizadas por su popular reportero, que se publican en los números 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 12, 25, 27, 29, 47, 81, 86 y en el Especial III Guerra Mundial. Las historias cortas en blanco y negro El último africano, No hay que perder la cabeza y Víctimas y héroes se recopilarían en el álbum Frank Cappa, memorias de un corresponsal (Norma, 1981), mientras que Carnaval (originalmente a color), La caza y Jangada (coloreadas para la ocasión) conformarán el álbum Frank Cappa en Brasil (Norma, 1983). A lo largo de este período, algunas de sus historias se editan también en Francia en la revista Metal Hurlant.

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En 1983, Sommer participa activamente junto a otros autores españoles en la creación de la revista Metropol, para la que produce la serie Pólux (que en 1991 recopilaría en álbum Norma), con un protagonista a lo James Bond que calificaría como una «desintoxicación» de Frank Cappa, cuyo éxito empezaba a ahogarle. Tras el cierre de Metropol, Sommer colaboraría también en la efímera KO Comics, serializando en los 4 números que duraría la revista la historia de Frank Cappa Somoza y Gomorra.

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Página de Pólux


En 1984 crearía junto a sus compañeros de profesión Fernando Fernández y Leopoldo Sánchez el TCI (Taller de Cómic e Ilustración), y a partir de ese momento su carrera se dividiría entre el cómic, que le apasiona pero cuya falta de reconocimiento artístico le decepciona, y la pintura. Norma edita en 1989 el álbum en blanco y negro Frank Cappa: Wellcome y Frank Cappa: Viet-Song, en color. Las dos historias de las que se compone este álbum, ¿Qué diablos hago aquí? y El espía y el traidor, son también editadas en Francia por Pilote.

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Página de El espía y el traidor, en Viet-Song


Como ya se ha mencionado, Sommer acaba desencantado del cómic, desconfiando de su potencial y su futuro en un mundo cada vez más tecnificado, y se dedica de lleno a la ilustración y la pintura, aunque en los últimos años produjo para la italiana editorial Bonelli algunas historias de Tex: Mercanti di schiavi (2003), en el Anual Especial #17, y L’ultima diligenza y La pista abbandonata (2006), en los números 546 y 547 respectivamente.

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Portada de Tex: Mercanti di schiavi


En el estilo de Sommer, heredero de la tradición de los clásicos estadounidenses que admiraba, como Milton Caniff o Alex Toth, y de otros europeos ilustres como Hugo Pratt o del mismísimo Jordi Bernet, destacaban con fuerza el uso de los negros y sentido del ritmo, aunque también supo utilizar con maestría el color cuando fue necesario. Su hijo, con en nombre artístico de Alfredo Geniés, también se dedicó durante una temporada al cómic, creando para las revistas de Toutain junto al guionista Enrique Sánchez Abulí la serie Alex Magnum, en cuyo dibujo se podían apreciar claras influencias paternas.

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Alex Magnum, de Genies


Como pequeño homenaje, presentamos aquí una historieta de Sommer editada en el almanaque de 1981 de la revista 1984 cuyo grafismo recuerda al de otro gran autor español, Víctor de la Fuente.

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Enlaces de interés:

Entrevista a Manfred Sommer
Así trabaja Manfred Sommer
Artículo sobre Manfred Sommer (en catalán)
Obituario en Zona Negativa


el tio berni