Sexo Issue: Nacatamal / Tuerca y tornillo (Arnau Sanz / Camille Vannier). Apa Apa Comics, 2014. Cuadernillo grapado con solapas. 18 x 24 cm. 36 págs. Color. 9 €
Los cómics dobles que está editando en los últimos tiempos Apa-Apa dentro de la colección Grapa-Grapa son una iniciativa de la que creo que no estamos hablando todo lo que merecería. En primer lugar porque los autores que van participando en ella son algunos de los jóvenes talentos más interesantes que tenemos ahora mismo en España, y en segundo lugar porque, como idea y como objeto, estos tebeos reversibles son una bomba. Es algo original, bonito y que añade un valor material, físico, al hecho de leer el tebeo. Y las dos historias que se incluyen siempre están relacionadas entre sí. Son además al mismo tiempo parte de una serie y obras de autor, en la medida en que son historias personales y el diseño corre por cuenta de los propios dibujantes.
Nacatamal ha supuesto el reencuentro con Arnau Sanz, que en 2013 editó un cómic, Albert versus Albert, que me encantó. En esta historia persiste el coloreado con ceras —o imitando las ceras, no lo sé—, que emplea con una finalidad más emocional que estética y con el que consigue fantásticos resultados. Le permite, por ejemplo, prescindir de los marcos de las viñetas y dejar que sean los espacios blancos entre ellas las que las delimiten, sin más. Y la historia, bueno, sólo voy a decir sobre ella que es una de las historias de amor más bonitas que he leído últimamente. La mejor baza de Sanz es que su sensibilidad le permite que lo que cuenta nos parezca totalmente natural y empaticemos por completo con el protagonista.
Giramos el tebeo y nos encontramos con Tuerca y tornillo, de Camille Vannier, de quien éste es el primer cómic que leo. En la primera lectura me gustó bastante menos que el de Sanz, siendo sincero, pero en una relectura tengo que decir que ha ganado mucho, porque he descubierto muchos matices. Vannier es una muy buena dibujante, con una extraña sutileza que aplica a la exploración de pequeños detalles. Me parece un cómic muy deudor de la ilustración, y quizás por eso en un principio me costó entrar en él, pero en realidad es gracias a esa cualidad que puede encontrar un tono adecuado para narrar un encuentro sexual desde un punto de vista subjetivo y emocional al mismo tiempo. Es verdad que no va más allá de eso, pero es más que suficiente. Me ha gustado mucho además como usa el texto como un elemento más del dibujo, integrado en la página y formando bloques que generan una estética muy interesante.
Si la colección Grapa-Grapa sigue por estos derroteros su interés no hará más que crecer. Es una gran oportunidad para descubrir a autores jóvenes o leer historias de cierta extensión de otros conocidos pero con poca obra publicada. El próximo está al caer, y será obra de Marc Torices y Ana Galvañ.