Bernard Krigstein y el sentido del humor

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A través de ¡Journalista! llegamos a la historia Bringing Back Father, aparecida en MAD #17 (1954) y que se puede leer en Scans Daily. Como se intuye ya en el título, la historia es una parodia de la tira de George McManus Bringing Up Father, y para su realización Harvey Kurtzman, autor del guión y editor de la revista, utilizó a dos artistas de estilos contrapuestos: Will Elder y Bernard Krigstein. Ayer veíamos lo en serio que se tomaba Krigstein sus encargos, su cabezonería y su empeño por hacer prevalecer su visión de la forma en que había que plasmar las historias, lo que chocaba de pleno con el carácter de Kurtzman, un tipo que no admitía que nadie se saliese de los patrones que él férreamente marcaba. Kurtzman odiaba las sorpresas, hacía bocetos detallados de prácticamente todas las viñetas de las páginas que después hacía terminar a otros autores y no admitía cambios. George Evans dijo de él: «¿Por qué contratar a gente con una reputación (…) que te ha atraído hasta el punto de pedirles hacer una historia para ti, y después hacerles hacer tu historia? Les estás conviertiendo en nada más que una mano de alquiler para ti y tu ego».

Kurtzman sentía un gran respeto por Bernard Krigstein: «No hay duda de que Krigstein es un gran artista. Ciertamente, él es, creo, el artista sobresaliente en los comic-books. Tiene un sentido gráfico no igualado por nadie en quien pueda pensar en el medio -una aproximación sensible, inteligente, a la gráfica de los cómics». Bajo esta premisa, Kurtzman confió en Krigstein para la realización de From eternity to here (MAD #12, 1954), permitiéndole incluso entintar las páginas sin haber visto siquiera los lápices. Cuando el editor vio las páginas acabadas, su respeto por Krigstein se transformó en ira. Krigstein había ignorado las detalladas indicaciones de Kurtzman, incluyendo la disposición de las viñetas. Kurtzman le rogó que cambiase la historia, volviendo al planteamiento original, e incluso le ofreció pagarle por la tarea. Krigstein, orgulloso de su trabajo, se negó. Más tarde, Kurtzman diría: «El problema era que Bernie, Dios le bendiga, nunca fue un humorista… nunca pillaba la broma.» La «insubordinación» de Krigstein provocó que Kurtzman decidiese no incluir al artista en el plantel habitual de la revista.

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Página de From eternity to here (MAD #12, 1954)


Pero Krigstein volvió a colaborar por una única y última vez en MAD, precisamente en el número 17 con Bringing Back Father. En teoría, las páginas de Krigstein debían ser la contrapartida realista a las páginas más caricaturescas, imitadoras del estilo de McManus, que debía realizar Will Elder, de modo que mostrasen cómo la violencia extrema del cómic se vería en la vida real. Pero Krigstein se lo volvió a tomar demasiado en serio. En esta ocasión, no sólo fue Kurtzman el decepcionado, sino que a Will Elder tampoco le emocionó el resultado: «Fue raro para mí (…) trabajé muy duro para hacer lo que hice, tratando de hacerlo tan divertido como pude. Después, de pronto, se hizo pedazos por esas ilustraciones tan sombrías, tan serias, casi deprimentes».

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Página de Krigstein de Bringing back father (MAD #17, 1954)


Por supuesto, Krigstein lo veía de otra forma: «Creo que el concepto de realismo de Harvey es muy distinto del mío. Harvey esperaba que hiciera un lado «realista» como contrapunto al lado «humorístico» de Will Elder. Pero yo estaba muy aburrido de la idea de usar lo que generalmente se acepta como técnica realista. Para mí, eso no era realismo. Lo que yo estaba interesado en hacer era señalar la sucia parte subyacente en esos personajes, como Harvey lo había escrito y concebido. Pensaba que realmente esta llevando a cabo el concepto de Harvey. Lo que pasa es que, pasó a través de mi mente y salió muy diferente de lo que Harvey esperaba».