Entrevista con Catalina Mejía, editora de Salamandra Graphic

Catalina Mejía fue la editora de Sins Entido hasta el pasado 2013. Recientemente ha comenzado a trabajar en el seno de la editorial Salamandra, en un sello de novela gráfica que lleva por nombre Salamandra Graphic. Con motivo de esta noticia, le realizamos a Catalina una entrevista, que transcribimos a continuación, no sin antes agradecerle su amabilidad y disposición para llevarla a cabo.

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¿Cómo surgió la posibilidad de crear un sello de novela gráfica dentro de una editorial como Salamandra?

En primer lugar porque la situación en Sins Entido es la que todo el mundo sabe, y además, existe una crisis importante en el sector que ha afectado a Sins entido de forma contundente.  Se pactó mi salida y me quedé sin trabajo. Y lo que hago es buscar uno nuevo, como toda persona que se queda en el paro. Había visto que Salamandra en su momento había tenido cierto coqueteo con la novela gráfica, con obras como Vals con Bashir [de Ari Folman] o la adaptación de El Principito de Joann Sfar. Pensé que no era una editorial reacia a sacar novelas gráficas. Luego conocí a Sigrid Kraus, la directora editorial de Salamandra, en una feria. Me reuní con ellos para plantearles la posibilidad de crear una colección. El proyecto se fue haciendo cada vez más grande hasta que surge la idea de crear un sello específico dentro de Salamandra con una identidad propia, que es Salamandra Graphic. La cosa fue bastante rápida, y creo que ellos han visto que hay mercado.

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Respecto a las primeras novedades que habéis anunciado, hay una serie de autores que tú llevabas en Sins Entido y que ahora vais a publicar en Salamandra Graphic. ¿Hasta qué punto podemos ver la labor que vas a desarrollar ahora como una prolongación de la que hacías en Sins Entido?

Yo siempre lo digo: los catálogos de las editoriales tienen que ver mucho con el editor que hay dentro de esa editorial. Es natural que a los autores que yo publiqué en los últimos cuatro años en Sins Entido, con los que me siento muy identificada a nivel gráfico y literario, intentara traérmelos conmigo. Pero también por la situación en la que está Sins Entido sabía que estos autores se iban a quedar huérfanos de editor, porque Sins Entido no va a editar en un periodo de tiempo. No me parecía justo para ellos. Así que en ese proceso de transición se pactó que algunos autores que tenían obras ya publicadas se vinieran conmigo.

A nivel de infraestructuras, ¿qué diferencia vamos a notar los lectores? Me refiero a la distribución, el trato con librerías…

Bueno, Salamandra tiene una gran ventaja que muy pocas editoriales independientes tienen —no hay que olvidarse de eso, de que Salamandra es independiente, no es un gran grupo editorial— que es su propia distribución. Eso realmente facilita las cosas. Por contar un ejemplo: en diciembre estuve en una reunión editorial en Salamandra, y a los comerciales de la red de distribución, Anaquel, antes de que salgan los libros a la venta les pasan las galeradas. Eso quiere decir que todos los comerciales se leen los libros antes de que salgan a la venta. Y cuando una persona va a vender un libro que se ha leído, sabe lo que está vendiendo. Hacen una labor que yo creo que en Francia está mucho más clara que aquí en España, y que diferencia entre la distribución y la difusión. Aquí en Salamandra tenemos a un difusor, que es el propio comercial, y luego hay una empresa logística que es la que transporta los libros. Pero en España lo normal es que estén en el mismo sitio. ¿Que surge una nueva librería, especializada o generalista? Ellos están pendientes y llegan a ella. Además, tienen una red de distribución importante en Latinoamérica.

¿Crees que vais a tener más presencia en librerías generalistas?

Sí, desde luego. Cuando se hizo el anuncio del nuevo sello ya me han contado que mucha gente se puso en contacto preguntando por el catálogo y las novedades. Me ha sorprendido especialmente esa necesidad que tiene la editorial de proteger al librero, con quien tienen muy buen trato. Yo creo que sí, que tendremos una presencia muy importante en librería generalista pequeña, de provincias y de grandes ciudades. Y luego, respecto a las librerías especializadas, cuando Salamandra sacó Harry Potter, algunas ya abrieron cuentas con ellos, así que tienen ya un listado de librerías especializadas. Y yo también les he ido aportando librerías que conozco.

Y a fin de cuentas gran parte de las librerías especializadas en cómic están muy centradas en un tipo de cómic muy concreto, y su público puede que no sea objetivamente el que vosotros buscáis.

Cuando estaba en Sins Entido, entré en un par de librerías especializadas y pregunté por nuestro catálogo y me dijeron que no tenían ninguno de los libros, y al preguntar me dijeron que “porque eso no se vende”. Pero luego es verdad que otras librerías sí los venden. Yo creo que hay que estar en todos los sitios y tratar de que tanto el librero generalista como el especializado compren los libros, o al menos los tengan en su fondo, y poco a poco ir viendo cómo se va desarrollando cada superficie. Creo importante cubrir ambos tipos de libreros.

Respecto a los colaboradores, a toda la gente que trabaja en la elaboración de un libro, ¿vas a contar con los mismos profesionales, o con gente propia de Salamandra?

Bueno, en la propuesta inicial yo quería traerme un equipo de trabajo. Pero este proyecto está bajo lupa, hay que ver si es viable, cuál es su desarrollo. En un principio, estoy yo sola con todo el tema de contratación y negociación de derechos, yo soy la editora. También hago las primeras correcciones, hago los encargos a los colaboradores, pero me apoyo en la estructura de Salamandra, en concreto el departamento jurídico, que revisa los contratos.

En cuanto a temas de maquetación, traducción, etc. he logrado que por ahora me mantengan con los colaboradores externos con los que he venido trabajando desde siempre. Aunque a largo plazo la idea es ir introduciendo sobre todo la maquetación dentro de Salamandra. Yo también les he explicado que maquetar y rotular una novela gráfica es más complicado que un texto corrido.

Claro, la pregunta iba por ahí, porque a veces hay editoriales literarias que sobre todo cuando empiezan con el cómic cometen algunos errores. Recuerdo la edición del Icen Haven de Daniel Clowes, que le pusieron de fuente una Comic Sans…

Yo defiendo que hacer un libro de cómic es muy complejo. La traducción es más compleja, tienes que saber integrar la imagen dentro del contenido del texto, y desde el punto de vista de la maquetación, hay que saber elegir la tipografía más adecuada cuándo las fuentes no vienen dadas por el autor… No es cortar un texto y pegarlo como se hace en la narrativa. Yo sí quise tratar de demostrarle al equipo de Salamandra qué era necesario para empezar, y poco a poco ir enseñando a los maquetadores internos cómo es el proceso en un cómic. Quiero que no pase lo que comentas, y que las cosas salgan bien.

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Viñeta de La teoría del arte versus la señora Goldgruber, un cómic de Nicolas Mahler publicado por Sins Entido.

O sea que tampoco vamos a notar grandes diferencias en cuanto al acabado de libro… También es verdad que en Sins Entido tratábais los libros de una manera muy individualizada, no teníais un diseño fijo. ¿Vamos a ver el mismo estilo?

Bueno, nuestra idea en principio es respetar el espíritu que el autor tiene respecto al libro, que ha sido siempre mi norma como editora. Aunque también te digo que pienso que el cartoné está sobrevalorado. Creo que si nuestro objetivo es lograr que ese tipo de libro se popularice entre un lector generalista, va a ser un libro que tendrá que ir guardado en un bolso para que la gente lo lea en el metro. Y un libro de cartoné de 26 x 30 cm no es precisamente portátil. Yo no voy a homogeneizar formatos ni a crear una colección con un diseño cerrado, pero en las obras que sí pueda homogeneizar cosas, lo haré. Otra de las ventajas de Salamandra es la compra de papel para toda la producción del año. Eso abarata muchísimo los costes, así que esperamos que el precio de venta al público pueda ser competitivo.

¿Cómo planteas la promoción de las obras? ¿Va a haber presentaciones?

Yo creo que en el cómic, al contrario que en la literatura, el contacto que tiene el lector con el autor es muy importante, por algo tan básico como las dedicatorias. Tú te llevas un original, un ejemplar único, personalizado. Te llevas una obra de arte a tu casa, sobre todo con autores como Bretch Evens, Manuele Fior, Guy Delisle, que hacen un gran despliegue de medios a la hora de hacer sus firmas. Existe una especie de fetichismo por parte del lector. No sólo del lector del cómic. En la Feria del Libro de Madrid se vendieron muchos libros simplemente porque estaba la gente viendo cómo dibujaba el autor y querían llevarse un dibujo a casa. Luego se leían el libro y venían a por más, pero la forma de entrada era ésa. Yo creo que en el cómic sí es muy importante ese tipo de acciones.

Y está confirmada la presencia de Manuele Fior para el Salón del Cómic de Barcelona de este año. Invitamos también a Alfred, pero no puede porque tendrá una exposición en Burdeos sobre su obra, aunque vamos a tratar de traerlo para el segundo semestre. Mahler es una cuenta pendiente que tengo, intentaré traerlo. Y los encuentros entre el autor y el lector tienen otro aliciente. Escribir una obra literaria no es que sea más fácil, pero sí es un proceso más intimista, el autor no tiene mucho más que contar. Pero en el cómic hay un proceso creativo, el color, cómo se digitaliza… Todo eso a la gente le interesa. Y como el mundo del cómic es tan gráfico, haremos un poco de promoción con eso: pequeños catálogos, carteles, para regalar con la compra del libro. Puede ser interesante.

Entramos si te parece en el plan editorial que tenéis para 2014. Cuéntame cuántas novedades vais a sacar y qué títulos.

La idea es sacar en esta primera fase, en este año, alrededor de catorce títulos. Con fecha de inicio en marzo. Hay dos reediciones de libros que están agotados en el catálogo de Sins Entido que hemos recuperado para que el lector no se quede sin esos títulos que han funcionado muy bien. Uno es Un médico novato, de Sento, Premio Fnac / Sins Entido de 2013, que salió a la venta en noviembre y se agotó en enero. Saldrá en marzo. La otra reedición es Logicomix, que es un título que creo que le viene muy bien a Salamandra, por su calidad literaria y por ser generalista. Luego, una novedad: el premio de Angoulême, el Fauve D’or, que sorpresivamente y para mi felicidad ganó Come Prima de Alfred, que estoy ahora corrigiendo y que saldrá en marzo. Y también sacaremos La entrevista de Manuele Fior. Es una obra cuya publicación quedó pendiente el año pasado. Es fantástica, muy diferente a Cinco mil kilómetros por segundo. De Mahler, de quien soy una acérrima defensora, aunque sé que no es un autor mayoritario, empiezo con una reinterpretación de una obra clásica, pero la idea es ir publicando también las obras propias de Mahler.

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Cubierta de Come Prima, de Alfred.

De Igort se quedó en el aire la publicación de la segunda obra que sacó, Cuadernos rusos. Desde mi punto de vista es una obra mucho más interesante que Cuadernos ucranianos, o por lo menos puede ser más cercana al lector. Trata sobre el asesinato de Anna Politkóvskaya, una periodista rusa, en 2006. Es una historia de espionaje. Igort fue a Rusia a investigar el asesinato. Y lo que narra esta obra es el asesinato, pero realmente lo que está tratando es la Rusia de Putin, y tiene mucho que ver con lo que sucede ahora con las Pussy Riot, o el tema de la homosexualidad. En Francia ha funcionado muy bien.

De Florent Chavouet vamos a sacar un libro titulado Manabé Shima, sobre una pequeña isla en el sur de Japón en la que estuvo. Cuenta la vida en esa isla, en la que hay muy pocas personas pero muchísimos animales. El autor quiere dejar testimonio de  que en unos pocos años esa isla se va a quedar vacía de seres humanos, porque la población es vieja, no hay casi mujeres, los índices de natalidad son muy bajos…

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Cubierta de Manabé Shima, de Florent Chavouet.

También sacamos, de Joseph Lambert, Annie Sullivan and the trials of Helen Keller. Es un autor que gráficamente me gusta mucho y no sé por qué nunca ha hecho una gran obra, y se ha movido en cosas más modestas. En esta obra cuenta la biografía de Helen Keller, una persona sordomuda pero que terminó codeándose con los grandes intelectuales de principios de siglo. Es su historia y la de Annie Sullivan, que fue su tutora y que de hecho también tenía una discapacidad, y cómo la ayudó a entender el mundo a través del lenguaje de los signos. Le enseñó a leer y se convirtió en una escritora teniendo esa discapacidad. Es una obra muy bien narrada y con una parte gráfica muy interesante.

También tenéis a Guilleaume Long.

Sí, sacamos la segunda parte de A comer y a beber. Es un libro de recetas, de trucos de cocina, guía de viajes… Muy práctico. Y viene avalado por el blog de Le Monde donde escribe sus historias.

Hay algo de Gipi, ¿verdad?

Sí. Gipi tuvo una crisis con el cómic, hace unos cinco años lo dejó y se dedicó al cine. Recuerdo que leí en su blog un post enorme sobre por qué había dejado el cómic, una declaración de intenciones. Y, bueno, creo que no le fueron muy bien las cosas en el cine y le entraron ganas de volver a dibujar. Su nueva obra se llama Unastoria, que es Gipi en estado puro. Muy intimista, pero con cierto desgarro. Es la historia de un hombre que luchó en una guerra y terminó en un psiquiátrico. Y quiere acabar con su vida pero poco a poco va encontrando motivos para vivir. Es totalmente el universo de Gipi.  Y me enteré el otro día de que ya está con otra obra, así que volvió con ganas (risas).

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Imagen perteneciente a Unastoria, de Gipi.

¿Qué nos puedes decir sobre las obras de los autores que vais a publicar que están previamente publicadas por Sins Entido?

Desde luego, hay autores que a mí me gustaría conservar y que Salamandra Graphic se convirtiera en su editorial. Como el futuro de Sins Entido es absolutamente incierto, pero está claro que en un tiempo medianamente largo no van a publicar, iremos viendo. Si la obra se agota, o si los derechos vencen… A mí me encantaría crear un catálogo de cada autor como he venido haciendo siempre. Mientras pueda lo iré haciendo, pero hay cuestiones contractuales, o si todavía Sins Entido tiene mucho stock no merecería la pena sacar esa obra a corto plazo… Luego hay libros de Sins Entido que no me interesan… tengo muy claro lo que me gustaría recuperar, pero ya veremos qué hace Sins Entido con su catálogo.

Lo que sí puedo anunciar es la reedición de Asterios Polyp, que sale a la venta en octubre o noviembre.

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Cubierta de Asterios Polyp, de David Mazzucchelli.

¿Con el mismo formato de edición?

Eso no lo sé. Descubrimos que hay una edición en rústica que Mazzucchelli ha autorizado en Brasil que desde mi punto de vista es preciosa. Puede ser que la edición en cartoné [de Sins Entido] se quede como algo de lujo, en plan coleccionista, y sacar ahora esta edición por un precio más económico. Pero todavía no está decidido, ya tomaremos la decisión más adelante. Pero lo que sí es seguro es que habrá una revisión exhaustiva de la traducción, y se va a hacer un trabajo importante. Asterios Polyp es una obra llena de giros interesantes, y yo a medida que pasa el tiempo entiendo por qué Mazzucchelli ha tenido esa obsesión por que su obra tuviera unas líneas narrativas tan claras y por qué exigía que se respetara cada directriz que él daba. La edición que se hizo a lo mejor carece un poco de esa rigurosidad, y ahora vamos a tratar de hacerlo con todo lo que Mazzucchelli requiere. El libro va a ser básicamente igual, pero se van a pulir esos pequeños detalles.

Te quería preguntar si esta preeminencia de autores europeos es circunstancial o se puede entender como línea editorial.

No, de hecho para el futuro Anders Nielsen estará publicado por Salamandra Graphic. También tendremos a Mimi Pond, que ha publicado su primera obra con Drawn & Quarterly con sesenta y pico años. Muy interesante, sobre su vida en la California de los setenta, al ser la época del underground. Luego está una autora muy interesante, Nicole Georges, que publicó Calling Doctor Laura, avalada por Alison Bechdel. Este año ha coincidido que van a salir muchos autores europeos, por lo que decíamos antes, para que no se quedaran sin editor a corto plazo. Pero luego habrá autores norteamericanos, tengo una oferta por autores argentinos, autores belgas, holandeses…

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Página perteneciente a Calling Doctor Laura, de Nicole Georges.

¿Y autores españoles? No eran una parte muy importante del catálogo de Sins Entido, aunque sí había algunas obras.

Sí, está el premio Fnac / Salamandra Graphic, que salvo excepciones, será un autor nacional seguro. Pero mi idea sí es ir incluyendo autores españoles en el catálogo. Pero no te podría decir ni cuándo ni cómo… Habrá un año en el que me interesen cinco obras, otro una, o ninguna… Es decir, que tiene que encajar en la línea de la editorial. También está Astiberri haciendo una labor muy importante con los autores españoles, o sea que podríamos complementarnos en un futuro… Ya veremos cuál es el derrotero del autor español.

¿Y cómo definirías vuestra línea editorial? Decir que es novela gráfica o cómic adulto es muy amplio; ¿en qué crees que se diferencia de otras editoriales de novela gráfica?

Bueno, a mí me interesa mucho que haya un equilibrio entre la parte gráfica y la parte literaria. No me interesan obras que gráficamente sean espectaculares pero el guión sea muy pobre, ni viceversa. Eso por un lado. Por otro, me gustan los autores completos. Que sean cómics de autor, que él sea quien haga todo. Aunque puede haber casos en los que eso no pase, pero en los que los autores trabajen estrechamente. Y no vamos a hacer obras por encargo. Quiero publicar, aunque suene algo pretencioso, a lo mejor del panorama nacional e internacional. Lucharemos siempre por tener a los mejores autores. Y desde que estoy en Salamandra me he dado cuenta de que hay muchas editoriales literarias en el mundo que tienen libros de novela gráfica que por alguna razón no llegan a España, y me han ido ofreciendo títulos muy interesantes, que no son los típicos que ves en Angoulême o en las grandes superficies. Tienen que ser, en suma, obras y autores que encajen con el público de Salamandra: nos interesa el trasvase de lectores. Que algún día ese lector de Salamandra diga «me apetece leerme este libro de Manuele Fior», y al revés. Es algo que siempre he creído importante: salir del público solamente lector de cómic.

¿Crees que es eso precisamente lo que pueden aportar las editoriales literarias al medio del cómic? Ese trasvase.

Sí, por un lado es eso. De hecho como experimento el año pasado Sins Entido compartió caseta [en la Feria del Libro de Madrid] con una editorial literaria, Errata Naturae, y se notó que la gente se compraba un libro literario y luego pasaba a la parte del cómic, posiblemente cercano a sus intereses intelectuales, y compraba. Yo creo que es interesante sacar al cómic de ese gueto que sólo se movía en tiendas especializadas. Por otro lado, aunque suena un poco raro, el foco de la prensa se va a fijar más fácilmente en una editorial literaria que saque cómic que en una editorial de cómic tradicional. Cuando se lanzó el comunicado de Salamandra Graphic medios muy importantes se acercaron para estar pendientes. Aunque yo creo que la prensa últimamente ha hecho muchísimo por la novela gráfica y ha hecho que el cómic se esté popularizando en todos los niveles culturales, creo que se puede hacer aún más. Yo creo que es interesante que una editorial literaria decida apostar por el cómic. Porque además se desmitifican todos los estereotipos que ha habido sobre el cómic: que era para gente a la que no le gusta leer, o que no tenía un nivel intelectual alto… Eso está cambiando. Pueden convivir en un catálogo perfectamente Irene Nemirosky e Igort, o Sandor Marai y Manuele Fior.

De hecho, los autores que mencionas seguramente tengan más en común entre sí de lo que pueden tener Manuele Fior y un cómic de Marvel.

Exacto. Yo creo que Salamandra Graphic está donde debe estar, y tampoco vamos a hacer lo que están haciendo muchas editoriales literarias que quieren entrar en el sector  cómic, que es coger, por ejemplo, la biografía de una escritora muy famosa y adaptarla a novela gráfica. O coger la obra de un autor y buscarse la adaptación gráfica. Eso puede encajar, y haremos quizás algo así, pero será un 1% del catálogo.

Con Sins Entido llevaste a cabo algunas experiencias de coedición con otras editoriales. En principio ¿esto lo contempláis dentro de Salamandra?

Yo creo que de momento no encaja, al menos con editoriales nacionales. Hay coediciones que se hacían para abaratar costes, pero luego hay casos en los que a un editor mucho más pequeño le hacía ilusión publicar a cierto autor, y por amistad se hacía la coedición. Ahora lo veo más difícil, y en Salamandra no lo considerarán necesario si el libro no lo pide, ni el mercado. No lo descarto si en algún momento surge una idea, pero en principio no se contempla.

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Grandes Preguntas, una obra de Anders Nielsen que coeditaron en 2013 Sins Entido y Fulgencio Pimentel.

Mirando el catálogo de Salamandra, vemos una línea de literatura juvenil muy potente. ¿En algún momento os habéis planteado sacar cómic para este público?

Yo reconozco que en el cómic infantil y juvenil no soy experta ni lo controlo mucho, pero en las conversaciones con Salamandra sí se ha hablado de tratar de abrir una línea enfocada a esto a medio o largo plazo. Ir complementando el catálogo de Salamandra Graphic para crear al lector desde pequeño e irlo acompañando hasta la edad adulta. A corto plazo no, por lo menos en el plan editorial inicial. Pero sí existe esa idea en el aire, a medida que se vaya concretando el proyecto.

A nivel personal, como alguien que lleva editando cómic desde hace cuatro o cinco años, ¿cómo ves la situación actual en España?

Yo creo que en la edición en general siempre ha habido una diferencia entre el editor y el publicador de libros. Ser editor no es fácil, y se necesitan muchas cosas. Tener el famoso olfato, estar constantemente en un estado de alerta, saber qué se está publicando fuera, sobre todo si tu catálogo se nutre de títulos extranjeros. No te puedes quedar en una silla sentada esperando que el libro se venda por sí solo, tienes que hablar con los autores, hacer que se sientan cómodos… El editor es psicólogo, es lector, es escritor, es filósofo… Muchas cosas en una. El publicador de libros es otra cosa. Es una persona que a lo mejor ha sido despedida de su trabajo, y tiene un dinero, y editar un libro realmente es fácil, la imprenta no cuesta mucho, y para contratar los derechos necesitas un ordenador y una línea de ADSL y se acabó. Mucha gente se lanza a montar una pequeña editorial así, y eso es diferente a ser un editor. Yo creo que en el sector hay muchos publicadores de libros y no tantos editores, y los primeros no han interiorizado esa honestidad hacia el público: el libro que tú estás lanzando al mercado es el libro que tú te comprarías, y crees en lo que estás haciendo. Y no importa que un libro al que defenderías a muerte se venda muy poco. Has creído en él. Y yo creo que eso marca las diferencias. Y que por eso existe cierta burbuja en el mundo editorial.

En cuanto al cómic en concreto, creo que se han hecho las cosas muy mal durante muchos años, creo que la mayoría de editores de cómic tradicionales han sido aficionados y no editores profesionales, y han ido montando sus editoriales. Que han salido muy bien y han hecho mucho por el medio, pero con que te guste una cosa no es suficiente. Yo creo que el sector del cómic tiene que profesionalizarse un poco más. Es cuestión de tiempo, y el mercado irá haciendo su criba. Ya empezamos a competir con editoriales literarias, nos estamos enfrentando a personas que han hecho las cosas bien o regular, pero mejor. Ésa es mi posición. Yo siempre hablo de una burbuja, aunque me regañan mucho por ello. Creo que no hay tanto lector de cómic para todo lo que se está publicando, y creo que más que publicar muchos cómics hay que educar a la gente para que los lea. Y eso es una labor que hay que hacer poco a poco.

¿Cómo crees que va a evolucionar el mercado? Yo lo que veo es que el sector del cómic se está polarizando de alguna manera: se están quedando en medio las editoriales que tienen cierta trayectoria, como Norma, se están quedando como las medianas, luego están apareciendo muchas editoriales muy pequeñas, que publican pocos títulos al año, y por otro lado están entrando en el negocio editoriales fuertes literarias. ¿Te atreves a hacer alguna predicción de cara al futuro?

Yo creo que la clave es el hecho de que estén surgiendo editoriales pequeñas e independientes. El otro día leía que el futuro de la edición en papel está en ellas, no en los grandes grupos, y creo que puede ser cierto. Cada editorial independiente está encontrando su nicho, su público. Sus ambiciones no son las de una cuenta de resultados de un gran grupo, con que tengan su público concreto es suficiente para ellos. Pero ojo, reitero que hay que saberlo hacer. El hecho de que exista, por ejemplo, Norma, que es la gran editorial española tradicional de cómic, que está bien establecida y será sólida por mucho tiempo, es importante, porque tiene sus lectores, tiene su trayectoria, es estable. Luego las pequeñas que van surgiendo satisfacen las necesidades de ciertos lectores. Y las editoriales literarias aportan visibilidad. Pero creo que se pueden hacer también las cosas mal en editoriales grandes. Hay editoriales pequeñas o medianas que sacan cómic y no saben muy bien cómo hacerlo y a veces meten la pata con cosas como la rotulación, y el lector de cómic es muy crítico con ello. Es importante que existan todos los modelos, y cada uno encontrará su público. También creo que las editoriales pequeñas y medianas de cómic se están tratando de reinventar, en cierta medida.

Sí, cuidan más los productos que antes, hacen mejores libros.

Claro, son más cuidadosos. Sólo tenemos la posibilidad de seguir creciendo, creo que para atrás no vamos a ir. Ésa es mi predicción. Queda toda Latinoamérica por explorar también, hay un público allí que está ávido de novela gráfica.

El problema con Latinoamérica siempre ha estado en los costes que supone colocar allí los libros. Los precios son desproporcionados.

Sí, bueno, ahora en Argentina es muy complicado por la ley de tintas. No puedes llevar más de quinientos libros, tienes que pasar un control de tintas del estado, imprimir allí es muy difícil… Están en una posición absolutamente proteccionista con el producto nacional. México es un país que tradicionalmente tiene su público lector de cómic y que ahora poco a poco está llevando más libros allí. Para poder competir los editores nos vemos en la necesidad de barajar descuentos un poco más altos para que el libro pueda llegar a un precio más asequible. Aun así, en países donde el salario mínimo es de cuatrocientos o quinientos euros, si el libro vale cincuenta euros es el 10% de su sueldo. Eso se puede ir trabajando a medida que el mercado crezca, las cosas van a cambiar. Hay que ir creando el lector que ahora no existe.

Pues eso es todo por mi parte. No sé si quieres añadir algo más…

Que compréis los libros (risas).