FIRMADO MR. J (XIII) El monstruo liberado

portada beowulf


En su epílogo titulado “El viaje más largo”, Javier Olivares explica que el Beowulf de Santiago García (Madrid, 1968) y David Rubín (Ourense, 1977) se gestó hace más de diez años, cuando el incipiente escritor propuso a Olivares la adaptación del célebre poema épico, semilla de la literatura anglosajona. El proyecto venía de la larga obsesión de García con el texto original y es una lástima que el siempre genial Olivares no pudiera llevarlo a cabo, aunque es también una suerte que haya visto finalmente la luz en la versión de Rubín. En palabras de Olivares: “El nuevo Beowulf exhibe ahora la fuerza visceral de una bestia finalmente liberada tras años de acechante cautiverio”.

Pasada una década de aquella propuesta, García es ya guionista y estudioso del cómic. Ha firmado El Vecino, con Pepo Pérez, La tempestad y Héroes del espacio, con Javier Peinado y Dr. Jekyll y Mr. Hyde, con el propio Olivares, con quien lleva tiempo trabajando en el esperadísimo álbum Las Meninas. En los últimos años ejerce también como autoridad en materia teórica –suyo es el ensayo La novela gráfica y la coordinación de los volúmenes Supercómic. Mutaciones de la novela gráfica contemporánea y Panorama. La novela gráfica española hoy–, y si traigo a colación el currículum del escritor es para dar fe de la solidez de su trabajo. En cuanto a Rubín, su meteórica e interesantísima carrera en el cómic se inicia en 2005 con El circo del desaliento, que le valió la nominación como Autor Revelación en el Saló de Barcelona, y ha firmado una decena de libros como La tetería del oso malayo, con el que ganó al fin el citado premio al año siguiente, o el libro fronterizo Cuaderno de tormentas, por citar otro. Aunque seguramente la portentosa bilogía El Héroe sea su trabajo más ambicioso antes de este Beowulf.

beowulf


Con sus cerca de doscientas páginas a gran formato, el libro bellamente publicado por Astiberri es una espectacular versión de la batalla entre el héroe Beowulf y el demonio Grendel, azote de las tierras del rey Hrothgar, en una Dinamarca mítica. El trabajo de los artistas es concienzudo y sobresaliente, con un tono seco y sangriento, muy dinámico, que hace alarde de hermosura merced a las fabulosas imágenes de Rubín. De nuevo en palabras de Olivares: “Los dos autores proponen una analítica estructura que desmenuza con mimo el mito para volver a ensamblarlo ante nuestros ojos. Las viñetas parecen más que nunca barrotes incapaces de contener la desatada brutalidad que se produce dentro de ellas y el rojo sangre es la base cromática sobre la que David ha pintado toda esta ancestral historia, rojo que además parece querer traspasar la página a la menor ocasión”.

En suma, el Beowulf de García y Rubín es una llamativa y convincente adaptación del viejo mito a la estética, el gusto y las formas contemporáneos, tal como explicita el significativo epílogo de la obra. Todo un tour de force artístico que lleva al lector al corazón del heroísmo y los peligros que acechan en la oscuridad. Y que, no hay duda, está llamado al éxito.