Entrevista con Joaquín Reyes

Joaquín Reyes es uno de los cómicos más innovadores y exitosos del panorama actual. Es principalmente conocido por su faceta televisiva, con programas como Muchachada Nui, Museo Coconut o el reciente Torres y Reyes. Pero también es dibujante, y acaba de publicar Realidad a la piedra (Reservoir Books). Precisamente con motivo de este lanzamiento, tuvimos la oportunidad de realizarle una entrevista, que transcribimos a continuación.

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Realidad a la piedra

Entrecomics: Alguna vez te he leído en entrevistas o te he escuchado decir que tú ante todo te consideras dibujante.

Joaquín Reyes: Sí señor. Sí, es mi vocación desde que era crío, lo que más me gustaba hacer, y yo quería dedicarme a dibujar, a ser ilustrador. Además yo viví el boom de la ilustración de los noventa, cuando las revistas querían ilustraciones y eso estaba de moda. Qué tiempos, ¿verdad?

E: Antes de que Photoshop se lo comiera todo, ¿no?

JR: Claro, sí, sí. Y yo quería ser ilustrador y vivir de dibujar. Lo de ser cómico ha sido una suerte, y realmente tampoco era una cosa que me costara mucho hacer, y me encanta dedicarme al humor. Pero yo lo que quería era dibujar.

E: Y desde pequeño me imagino que lo tenías claro y leías cómics…

JR: Sí, claro, yo leía cómics de pequeño, tebeos, y me pasaba el día dibujando. Mi padre me daba folios que a lo mejor estaban escritos por un lado para dibujar por el otro. Con eso y un rotulador negro me pasaba la tarde en el suelo dibujando.

E: ¿Recuerdas qué lecturas tenías cuando eras pequeño que te gustaran, o que copiaras?

JR: Por supuesto Mortadelo y Filemón, Astérix, Tintin, que era como un placer adulto, porque de Tintin me gustaban mucho sobre todo los dibujos, las historias me quedaban un poco grandes, de pequeño. Pero cómo dibujaba Hergé me encantaba. El mundo debería ser como los cómics de Hergé. Y luego con Spirou, y toda esta línea francesa, también tuve mi etapa. Y Superlópez, claro. Me moría de risa y los dibujos me encantaban.

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Hergé

E: Además supongo que más o menos empezarías a leerlo cuando apareció en los primeros años de los ochenta…

JR: Sí, claro, Los cabecicubos, La gran superproducción… Ésos los leí en el momento, y luego ya con trece años cayó en mis manos un Jueves, y casi me da algo.

E: También llegaste a tiempo al boom de las revistas adultas de los ochenta.

JR: Sí, porque yo El Víbora, por ejemplo, lo descubrí en la feria de Albacete, que había puestos de cómics antiguos, y entonces yo cogí un Víbora, y eso me pareció una cosa prohibida, por contenidos y por el tipo de dibujo, y Zona 84, y Makoki, que hubo una segunda etapa que yo ya compraba. Todo ese underground me encantaba, Gallardo y éstos…

E: Aunque tu carrera al final ha tirado por la actuación o por la televisión, siempre, en todos vuestros programas, habéis metido piezas de animación donde dibujáis vosotros mismos. Carlos Areces también es dibujante, Raúl Cimas también, ¿verdad? De hecho va a sacar ahora un cómic…

JR: Sí, va sacar un libro con Blackie Books, sí. Es eso, nosotros venimos de Bellas Artes, donde todo lo gráfico tiene mucha importancia. De hecho yo empecé con una página web de animación que formé con dos amigos de la facultad, Cartun. Y ahí empecé hacer Sr. Pussy, muy al principio. Luego todo eso lo rescaté para La hora chanante. Pero a mí me hacía mucha ilusión que hubiera animaciones en el programa, casi más que verme a mí en la pantalla. Que pudiera hacer dibujos animados que se vieran en la tele me hacía mucha ilusión. Carlos también había estado trabajando en la animación para internet con My TV to Go, que estaba dentro de la desaparecida Tecnoland, con el boom de las punto com. Y era una cosa natural para nosotros. Las animaciones, y el grafismo, que estaba muy presente en todo el programa.

E: Más que actuar, me imagino, claro. En un momento dado os costaría menos.

JR: Sí. O sea, hacer el mamarracho no nos ha costado mucho nunca, pero a mí me hacía más ilusión ver las animaciones que verme a mí. Pero todo formaba parte de ese universo raro, porque al venir de Bellas Artes, y no venir, como habría sido lógico, de lo audiovisual, todo eso formaba parte de nuestro mundo.

E: Si te parece, podemos empezar a hablar del libro, de Realidad a la piedra. La primera pregunta seguro que te la han hecho ya, pero yo no puedo resistirme a hacértela.

JR: Venga, vamos allá: “¿Por qué piedras?”

E: ¡Bingo! (risas)

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Piedras in love

JR: Mira, a mí siempre me ha gustado mucho el humor gráfico, las tiras, y siempre lo he consumido, me encanta ese formato. Siempre, por diversión, he hecho chistes gráficos, o he intentado hacerlos. Y hace unos años empecé a hacer bromas con piedras. Bromas muy sencillas, y eso me hizo gracia. Al principio las piedras las dibujaba de memoria y eran muy sencillas. Luego cuando la cosa fue evolucionando, intenté hacerlas más realistas para darle la mayor información posible al lector, y que supiera qué piedra protagonizaba el chiste. Pero me hacía gracia poner piedras en un contexto humano, este ejercicio de prosopopeya. Me hacía gracia además que no tuvieran rasgos antropomórficos, sino que fueran piedras tal cual, y de repente fueran presa de los celos, o de la envidia, o estuvieran copulando, o lo que sea que hicieran, ¿no? Y era una excusa para hacerlas humanas, y me hacía gracia ese contraste entre la forma y el fondo. Y aparte, que las piedras posan muy bien, son muy agradecidas.

E: Son muy fotogénicas.

JR: Claro. Les hacía una foto, o a veces las dibujaba del natural, y ahí están, no se mueven ni un ápice.

E: Yo creo que esto que has comentado funciona muy bien, porque es como tú dices, muy chocante. A mí, por ejemplo, me encanta el chiste donde se encuentran con la Piedra Rosetta. Me parece una idea súper divertida que haya piedra famosas.

JR: Sí, o la Venus. Pues sí, porque en el fondo las piedras son nuestro legado, lo que recibimos de la Antigüedad y probablemente lo que dejemos a los de después. Nuestro compromiso con las generaciones venideras es dejarles piedras. De lo otro yo creo que no vamos a dejar nada de nada. Esto va a ser un erial. Pero piedras sí.

E: Otra cosa que me ha llamado la atención es que los diálogos, los textos de los chistes, se alejan un poco de lo que la gente normalmente asocia con “lo chanante”, las expresiones típicas de La Mancha y demás. ¿Esto es deliberado por tu parte o simplemente ha salido así?

JR: Pues yo creo que ha salido así. Nosotros tampoco hemos forzado las expresiones, es decir, no decíamos las palabras para que se convirtieran en estas coletillas típicas, sino que las utilizábamos siempre con naturalidad, y yo creo que aquí, al dialogar, no tengo por qué meter un “gambitero”, sino que intentaba que el texto fuera gracioso. Por lo tanto no ha sido algo deliberado, pero es que nunca hemos forzado ese tipo de cosas.

E: ¿Cómo crees que recibirán los fans de Muchachada nui o La hora chanante un libro así?

JR: Yo creo que bien. Una de las críticas, de las reflexiones que me suelen hacer es precisamente al revés: ¿cómo recibirá alguien que no es fan este libro? O sea, que tenéis dudas por ambas partes, tú por cómo lo recibirán los fans, y otros por cómo lo recibirán los que no son fans… Yo creo que si conoces nuestro trabajo probablemente te acerques al libro de una forma más rápida y más inmediata, porque a mí me conocen. Hay gente que me ha dicho “joder, me he leído el libro y oía tu voz”. Pero yo intento que este libro lo lea igual una persona que conoce mi trabajo como una persona que no me conozca de nada.

E: Sí, a mí me parece que es un humor bastante abierto…

JR: La editorial confía en mi tirón televisivo para vender, pero yo lo que intento es que sean chistes que funcionen por sí mismos. Algunos de ellos los he publicado en la revista Cinemanía, pero curiosamente, y hablando con Carlos Areces ayer me decía que por acumulación funcionan mejor, los chistes juntos, que uno al mes en Cinemanía.

E: De hecho hay algunos que tienen continuidad, como el chiste de los higos, que aparece varias veces.

JR: Sí, que no lo pilla la piedra.

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Terapia de piedras

E: De todas maneras yo te lo decía sobre todo porque os sigo desde hace un montón de años, y tengo la sensación de que hay un tipo de fan vuestro que es muy conservador, que quiere que siempre hagáis ese tipo de programa de sketches, con imitaciones, que metáis ese tipo de expresiones del que hablábamos antes.

JR: Sí, pero eso nos pasa a todos, yo creo que en el fondo no es tanto por nosotros como por el fan en sí. El fan quiere volver a vivir eso tan excitante que fue descubrir un humor que a él le encantó. Pero eso es así, no es que nosotros hayamos cambiado, es que probablemente haya cambiado él. Pero a mí también me pasa, a mí también me gustaría que los Pixies volvieran a hacer los primeros discos de los Pixies, pero es una cosa imposible. Lo único que nosotros le podemos asegurar a los fans es que hasta ahora hemos sido fieles a nuestro humor y hemos intentado ser coherentes y trabajar con la misma libertad. Pero también hay otros que dicen “siempre hacen lo mismo, ¡qué hagan otra cosa!”. En fin, el fan no suele ser alguien reflexivo sino que se mueve por emociones. O solemos ser, a mí también me pasa como fan.

E: Claro, todos somos fans de algo, al final.

JR: Pero es porque tú descubres eso, lo excitante de descubrir una cosa nueva.

E: ¿Tienes pensado darle continuidad al libro? ¿Habrá una segunda parte, o más chistes de piedras?

JR: Si se convierte en un éxito editorial, sí. Si al final el libro no le interesa a mucha gente, sacar un segundo volumen sería… (risas). A mí me gusta mucho hacer chistes de piedras y ya te digo que si veo que gusta haré más. Pero tampoco es una cosa que haya pensado mucho. Yo he sacado esto y ya está.

E: ¿Ahora mismo no lo sigues haciendo para Cinemanía?

JR: Sí, sigo haciendo chistes. Pero, bueno, no lo he pensado. Podría ser.

E: Tu anterior libro, Ellos mismos, traía material inédito pero también era una recopilación en gran parte de tiras que habían ido apareciendo en otros medios. Yo te he escuchado alguna vez, hace tiempo, decir que le dabas vueltas a hacer alguna obra larga, inédita. ¿Eso en qué punto está?

JR: Bueno, siempre hablo de un proyecto que nunca termina de arrancar que es contar mis años de la facultad de Bellas Artes. Creo que hay material interesante. Tampoco es nada muy especial, son mis años como estudiante, como los de mucha gente que ha estudiado Bellas Artes. Digo Bellas Artes porque probablemente pasarían cosas más excéntricas que si has estudiado Derecho. Y en Cuenca en esos años también había como una cierta… estábamos todos muy estimulados, en todos los sentidos. Y eso me encantaría, porque  a mí me encantan las novelas gráficas, ese corte de memorias, tan americano, que hacen los americanos tan bien, los anglosajones en general. Me encantaría hacerlo porque como lector me gusta leer ese tipo de obras. También existe un proyecto con unos amigos de Granada, Fernando Navarro y Manu Cerrones, que es como la mitad de Expertos Solynieve, el grupo de Jota de Los Planetas, de hacer un cómic en Granada en un momento determinado, sobre los grupos de Granada, pero bueno, no lo sé. A mí encantaría, pero necesito tiempo y ver cómo darle forma. Me gustaría mucho hacer lo de Cuenca, la verdad. ¡Tengo el título, eso sí!

E: ¿Ah, sí? ¿Y se puede decir?

JR: Sí, se puede decir: se llamaría “Qué bien lo pasamos ayer”. Es un buen título, largo pero bonito. Muy evocador y pura nostalgia, que es lo que sería el cómic.

E: Al estilo de las memorias de autores tipo Chester Brown o Joe Matt.

JR: Sí, Joe Matt tiene una cosa… probablemente sea uno de mis dibujantes favoritos. A mí me encanta porque coge una cosa muy pequeña, como es su vida, muy miserable, de hecho el último cómic aún cuenta muy poco, el de Consumido. De una cosa muy pequeña hace algo grande, donde él además no se da tregua ninguna, se muestra como un miserable, un vago y un pajero, sin ningún pudor, y a mí me parece que eso es muy difícil. Cómo se muestra Joe Matt es una cosa muy valiente. Bueno, Chester Brown también lo hizo con el libro de Pagando por ello. Lo que pasa es que Chester Brown es muy frío, y Joe Matt es más cómico. Además es súper vago, hace un cómic cada diez años. Yo he leído los tres que tiene, Buen tiempo, Pobre cabrón y Consumido. Creo que vive de los derechos del cómic este que coloreó para Marvel.

E: Bueno, de eso y de ser un tacaño de la leche. (risas)

JR: Sí, es un rata. (risas)

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Consumido, de Joe Matt

E: Ahora que lo dices, estoy pensando que sí le veo a tu dibujo cierto parecido con el de Joe Matt. Esa línea…

JR: Sí, yo además me siento identificado con él porque siendo un dibujante limitado sus ilustraciones son preciosas. Las portadas, la gama de colores que utiliza… es muy bonito cómo dibuja. Y es un dibujante limitado, porque luego hay dibujantes que son superdotados y ya está, pero a él le cuesta dibujar y se nota. Y sí, tengo cosas de Joe Matt. Y luego de Peter Bagge también, que su gran obra, Odio, es uno de mis cómics favoritos. Lo leí en la facultad y probablemente me sentía identificado con Buddy Bradley. Que por cierto conocí a Peter Bagge en un Salón del cómic en Barcelona. Bueno, “conocí”; fui a que me firmara. Y, joder, qué seco fue. Me hizo una mierda de dibujo. Bueno, no me hizo un dibujo, me hizo una firma. Y eso que yo estaba diciendo “a ver qué le llevo…”. Y le llevé un single de 45 revoluciones de su grupo, ¡una cosa rara! Y nada, cogió el single y se dibujó unas tetas en la foto donde salía él, y se puso bizco… Y eso que era el primero de la cola, no es que estuviera cansado de firmar… ¡Qué lástima, Peter Bagge! Pero bueno, me encanta, es de mis dibujantes favoritos, también.

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Odio, de Peter Bagge

E: Bueno, yo ya sabía que tú eras lector asiduo de cómic, y que estás al día…  ¿Cómo ves la actualidad del cómic español? Sigues también a autores españoles, me imagino.

JR: Sí, claro. Por ejemplo el otro día estuve leyendo el de Joan Cornellà [Mox Nox], buenísimo. Muy perturbador, y los dibujos son preciosos, tanto que da un poco de rabia ya lo bien que dibuja. David Sánchez también me gusta muchísimo. Es que es lógico, tiene una cosa así de dibujante americano, muy refinado, y también con historias muy perturbadoras. Y yo creo que en general es un buen momento, en la medida en la que se edita y se edita bien. Hemos dado un salto con respecto a cómo se editaba en los noventa, que, bueno, estaba bien, por ejemplo yo me acuerdo de cómo editaba La Cúpula, con grapa. Pero yo no tenía mucha pasta, y La Cúpula hizo mucho por editar cosas muy interesantes. Yo creo que ahora se edita mejor, nos llegan más cosas, y en España hay editoriales que lo están haciendo muy bien. Lo que pasa es que, claro, hablas con los dibujantes que se dedican al cómic, y no pueden vivir de él. Pero eso es una cuestión de que el mercado en España es muy pequeño. Ya no tanto por ser un país pequeño, no comparable a EE. UU., obviamente. Pero en Francia la gente consume cómics, y se puede vivir. No te digo ya Trondheim, que es una estrella, pero bueno. Y aquí creo que falta eso, pero sí creo que se ha dado un paso en la medida en que muchos cómics han pasado de estar en las librerías especializadas para estar en librerías donde la gente puede verlos. Hay novela gráfica…

E: Se ha salido un poco del círculo de toda la vida…

JR: Sí, y soy optimista, y creo que poco a poco la gente irá consumiendo cómics. De todas formas creo que estamos mejor que hace unos años, la verdad.

E: Sí, estoy de acuerdo, sin duda.

JR: Pero, por ejemplo, el de Alison Bechdel, Fun Home, fue un cómic que vendió muchísimo.

E: Sí, empieza a haber pequeños best-sellers.

JR: Joe Sacco, también… Pero, bueno, falta que los españoles empiecen a funcionar así.

E: Bueno, nosotros tenemos a Paco Roca, que vende…

JR: Sí, y Arrugas es un cómic maravilloso. Juanjo Sáez, con El arte, que está también ahí, que no sabes si es cómic… poco a poco. Yo creo que hay que salir un poco de ese círculo tan especializado de un lector muy concreto para que empiece a gustar a más gente. Pero, bueno, yo creo que ese paso se ha dado y probablemente no creo que esto vaya ya a ser como en los ochenta, donde hubo ese desánimo tras el boom… Me parece que esto lleva otro camino.

E: Te quería comentar también una cosa de nuestra web. No sé si sabes que organizamos una votación de los mejor del año.

JR: Sí, y la miro, ¿eh? Yo soy muy de listas, me encanta elaborarlas. Me suelen preguntar para el Salón del Cómic, preguntan a varios, para hacer la lista. Y yo suelo mirar la vuestra, para ver por dónde vais y si coinciden con los míos, o alguno se me ha olvidado. O sea que sí, la conozco. (risas)

E: Perfecto (risas). Te lo digo porque, bueno, ahora hemos remozado un poco las categorías, pero hasta hace un par de años había una que era “Personaje de fuera del mundillo que más había hecho por los cómics”. Un poco medio en broma y medio en serio. Entonces, no sé si te acuerdas…

JR: ¡Que estaba yo! ¡Claro!

E: Estabas tú, pero lo he mirado y en 2009 quedaste segundo, por detrás de Vicente Molina Foix. Y en 2010 volviste a quedar segundo…

JR: ¡Vaya!

E: … por detrás de The Big Bang Theory. ¿Qué opinas de esto?

JR: ¿Pero cómo puedo competir contra una sitcom? ¿Y un intelectual?

E: Son muchos personajes. (risas)

JR: Jolín, ¡pero yo quiero ser el primero! Yo creo que estoy haciendo mucho por el cómic… mecachis en la mar. ¡Aspiro a quedar primero en vuestra lista! (risas)

E: Claro, pero de todas maneras, ya no apareces, yo creo que porque la gente ya te ve dentro del mundillo.

JR: Claro, bueno, pues es halagador también. La verdad es que el cómic es una de las mejores cosas que hay en el mundo. A mí siempre me han gustado. Los leía cuando tenía poca pasta, y ahora que tengo más, pues más. Es una locura.

E: ¿Tienes muchos, eres coleccionista? ¿O eres más de leer, dejarlos, prestarlos…?

JR: Bueno, más que coleccionista, me considero un acumulador. Porque ahora intento comprar originales, pero sobre todo acumulo cómics, y otras cosas. Hay algunos que tienen más valor que otros, pero a mí me gusta comprar el objeto, porque me gusta oler el cómic, igual que me gusta oler los libros, en general. Y ahora intento comprar originales de dibujantes. Una vez lo hablaba con Santiago Segura: “¡Ah, tú también eres coleccionista! ¿Y qué tienes?”. Y yo le dije tres cosas, y él me empezó a decir qué tenía y fue muy humillante para mí. (risas) Pero, bueno, sí que intento comprar cosas antiguas, del TBO… pero no tengo esa fiebre del coleccionista que puede tener Carlos Areces, que es muy freak. O sea, no me muero por conseguirlo, pero si lo tengo al alcance probablemente lo compre, sí. Carlos es un loco. Carlos está coleccionando el TBO, está haciendo toda la colección, toda. Es un loco del cómic español de los años cuarenta y cincuenta.

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Carlos Areces: genio y freak

E: La escuela Bruguera también le gusta mucho…

JR: Claro, sí, totalmente. Estaba ahora con Pulgarcito… es un loco. Bueno, aparte, no por esto, sino por más cosas.

E: Que no se pueden contar. (risas)

JR: (risas) No se puede… pero sí, es un freak.

E: Otra cuestión, ésta un poco polémica: tema Alan Moore.

JR: ¿Por qué? ¿Hay polémica? (risas)

E: No, es broma, pero sí me encuentro todavía con gente que piensa que os estábais metiendo con él muy fuerte, que no os gusta… y por eso te lo quería preguntar a ti personalmente. Yo creo que sí, pero te lo quería preguntar. ¿Te gusta?

JR: Sí, claro. A ver, yo de Alan Moore he leído sobre todo Watchmen, que me parece un cómic increíble. Fue una cosa que dignificó al cómic y fue un salto enorme. También he leído La Cosa del Pantano… bueno, he leído cosas, claro. Pero yo soy fan de Alan Moore. Lo que pasa es que esto… me hace mucha gracia porque también me pasa con, por ejemplo, Lars Von Trier. Yo soy fan de Lars Von Trier, y sus fans se lo tomaron como… pero sin embargo hay fans que no.  O con Michael Jackson. Yo soy fan de él y la parodia siempre tiene que tener… yo intento que haya siempre palo y zanahoria. Pero en el caso de Alan Moore o de Lars Von Trier, yo me acerco a ese personaje como fan. Lo que pasa es que hay cosas de esos personajes que se pueden satirizar. Y no pasa nada.

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Hoy… ¡Alan Moore!

E: Yo creo que en el fondo el cariño se nota. Lo que pasa es que quizás hay un tipo de fan muy susceptible.

JR: A mí me parece uno de los mejores guionistas del cómic, un tío muy especial, que está loco y que tiene cosas muy excéntricas, que había que explotar, que el personaje lo daba. Su propia pinta, toda esta cosa de la magia así loca que tiene.

E: Es un caramelo para un humorista.

JR: ¡Claro, claro! Totalmente. Pero claro, sus obras tienen un valor que trascienden el cómic y van hacia lo literario. Él hizo un cómic para un público exigente, y también le exigía al lector, ¿no?

E: Sus cómics “hacen bola”, como decíais vosotros.

JR: Claro, arrancaba una hoja y se la comía.

E: Eso dolió, ¿eh?

JR: Sí.

E: Para un coleccionista ver eso…

JR: ¡Claro! Es un tabú, sí. Pero nos permitimos esa provocación.

E: Pero no era vuestro, ¿no? ¿Lo comprásteis ex profeso para eso?

JR: ¡Era del realizador! Que me dijo que lo hiciera.

E: ¿Ah, sí? Un hombre valiente.

JR: Sí, sí. Yo sé que dolía.

E: De cara al futuro, ya me has comentado que en cómic tienes ese proyecto a largo plazo, pero te quería preguntar si alguna vez te has planteado hacer algo con alguno de los muchísimos personajes que has creado para animación. Hacer algo con ellos en cómic o en viñeta. No sé hasta qué punto funcionaría, pero igual te lo has planteado…

JR: Ésa es la cosa, que yo creo que por ejemplo Enjuto Mojamuto ya funciona en animación, entonces nunca he sentido la necesidad de que Enjuto protagonice una obra larga. Que podría, pero no sé si funcionaría. Me lo han propuesto, sobre todo porque ven que editorialmente podría ser interesante, pero si Enjuto es una tira animada y ha funcionado ahí… No me gusta forzar eso. Si alguna vez creo que puede funcionar lo haría, pero no por otros intereses, la verdad. Enjuto es un personaje de animación: pues ya está. Es bonito así.

E: Sí, además juegan un papel muy importante las voces, que yo creo que es lo que hace que funcione.

JR: Sí, y luego yo creo que es un personaje que habla de cosas que también son muy perecederas. Por ejemplo hace poco he hecho un capítulo en el que aparece el Messenger, y ya no se acuerda del Messenger. Y estas cosas creo que animadas tienen más gracia que en papel.

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Enjuto Mojamuto

E: Sí, probablemente sí. Luego tenías otro personaje que era una parodia de los superhéroes, Superñoño, que a mí me gustaba mucho.

JR: Sí, estamos en las mismas. Superñoño fue un personaje que hice para la Paramount, para La hora chanante, que no deja de ser, en la estructura y el tipo de personaje, muy parecido a Enjuto. Superñoño no salía de la cama, y Enjuto sale de la cama para sentarse en la mesa, o sea que tampoco el recorrido es muy largo. Pero Superñoño a mí me encantaba, le tenía mucho cariño, lo que pasa es que no pude continuarlo porque el personaje se quedó en Paramount, es suyo. Pero era muy bonico, Superñoño. Más blando que la mierda de pavo.

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Superñoño en pleno asobine

E: (risas) También sé que has participado en algunos salones, en mesas redondas y demás. Cuéntame un poco cómo ves ese ambiente.

JR: Hace poco, viendo un documental sobre la Comic Con, a la que me encantaría ir algún día, vi que ya no es un salón del cómic, sino que ha trascendido. Y ya es la industria de los juguetes, de los muñecos, del cine, de los fans… Ya no se venden cómics. Y a mí me parece que los salones del cómic van un poco por ahí. Que es guay, porque les da un ambiente festivo. Los salones que hay aquí todavía siguen siendo salones del cómic, pero cada vez va ganando más terreno el tema de los juguetes, muñecos… en fin. Pero a mí me encanta ir a los salones, me encanta. Y los fans. Cuando pasas por la zona de los fanzines huele un poco más a sobaco (risas), pero a mí me encanta ir. No deja de ser una feria, con las editoriales importantes intentando vender sus novedades, y es verdad que las editoriales más underground están un poco desplazadas, pero bueno, porque es un salón, una feria. Pero me encanta, ya sólo el olor a papel me gusta mucho.

E: Bueno, a papel, y a ramen, últimamente, porque está lleno de puestos de ramen, y de chocolate…

JR: (risas) Sí, sí, es que ya todo se va convirtiendo… Y de hecho en la Comic Con, cuando se presentan las películas, es muy importante para ellos cómo las reciben los fans, porque intentan venderla para que el fan se acerque con cariño a la película, porque como cabrees a los fans te la hunden.

E: Tienen muy mala virgen. (risas)

JR: Sí, sí, tienen muy mala virgen… pero bueno, a mí me gusta mucho ir. Me siento, como decías antes, parte de ese mundo. Ahora cuando voy a veces como autor voy contentísimo, porque antes iba como lector.

E: ¿De chaval también ibas? Quiero decir, viviste en Albacete y luego en Cuenca, pero ¿alguna vez hiciste esto de irte con quince o dieciséis años al Salón?

JR: Sí, y a los primeros que se hicieron aquí en Madrid, también, que se hicieron en el Palacio de los Deportes… Cuando podía iba, sí.

E: En tu programa nuevo, Torres y Reyes, aparece, por ejemplo…

JR: Néstor F., sí, con un documental sobre Joan Cornellà, sí, sí. Es muy gracioso, una pieza cómica muy divertida. Sí, en el programa escribe el guionista Miguel Esteban, que es también muy cercano al cómic, y fue él el que propuso a Néstor F. hacer una pieza, y está muy bien, ¿no? Porque es un dibujante de cómic pero que también realiza, igual que pasa con los Venga Monjas. Esteban [Navarro, de Venga Monjas] es dibujante, y anima… Es un poco también lo que nos ha pasado a nosotros, ¿no? Esto de que puedas hacer muchas cosas es interesante. Y está bien que podamos “colar” a gente como Néstor F. o Joan Cornellá en un programa. Y La Dos es el sitio ideal para hacer esto, y me encanta que en nuestro programa podamos dar una ventana a estos artistas.

A life in pictures, el biopic de Néstor F. sobre Joan Cornellà

E: Sí, además… yo creo que hay una generación de dibujantes de cómics que les pasa exactamente esto que dices tú: que no se ven a sí mismos tanto como dibujantes de cómic, sino como artistas que en un momento dado se expresan a través del cómic, o a través de la música…

JR: Le pasa a Carlos Vermut, por ejemplo. Yo creo que antes, por ejemplo, y esto es una teoría mía, la generación de Álex de la Iglesia, que también dibujaba, yo creo que aparcó un poco eso para dedicarse al cine. Pero ahora mismo, que ya no te puedes dedicar sólo a una cosa, a mí la sensación que me da es que Carlos Vermut, por ejemplo, probablemente para contar una historia elija el cómic y para otra elija el cine. Y eso ahora pasa.

E: ¿Leíste el último cómic de Carlos?

JR: Sí, muy divertido, el del fin del mundo, ¿no? [Cosmic Dragon] Muy gracioso. Y además dibuja muy bien, ¿eh?

E: Sí, sí, es un pedazo de dibujante. Y ahora en unos meses va estrenar Magical Girl.

JR: A ver qué tal, sí.

E: Que también va a tener que ver con el cómic porque tiene que ver con este género japonés…

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Cosmic Dragon, de Carlos Vermut

JR: Y ahora mismo un amigo, Adrián López, está dirigiendo la película Estirpe, que también va sobre el cómic, y el cómic dentro del cine.

E: Hay una especie de fusión, de mezcla de influencias de una manera quizás más natural que antes…

JR: Porque somos una generación que ha crecido con el cómic, y que luego el cómic le ha seguido interesando. Porque hay muchos amigos míos que les gustaba el cómic que ya una vez que pasan una edad dejó de interesarles. Yo creo que si cruzas esa edad donde muchos ya se descuelgan de sus aficiones, como de la música, o el cómic, o el cine, que son aficiones más de adolescente, y sigues, pues ya estás perdido. (risas)

E: Y quizás también la gente más joven… porque los Venga Monjas…

JR: Son jóvenes, son veinteañeros, los cabrones. Son muy cabrones. Guapos, graciosos, veinteañeros, ¡qué asco dan! Ponlo, por favor.

E: Sí, sí, eso va textual, no te preocupes.

JR: (risas)

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Venga Monjas: guapos, graciosos, veinteañeros

E: O Néstor F., es un chico muy joven. O Molg H., no sé si lo conoces…

JR: No…

E: Es también más o menos de la misma generación, y publicó en Adobo.

JR: Sí, Adobo es un fanzine muy guay.

E: Publicó también en la editorial de Entrecomics Moowiloo Woomiloo, que lo hacían Néstor y él. E igual, compone música, y tiene siempre proyectos… bueno, multimedia es una palabra ya un poco viejuna, ¿no?

JR: Multidisciplinar también suena así… pero vamos, sí, que son culos inquietos.

E: Sí, lo podemos decir así.

JR: El paradigma del artista “culo inquieto”.

E: También podemos llamarlos hombres del Renacimiento, que queda más así…

JR: Sí, muy bonito. (risas)

E: Bueno, para ir terminando, lo normal en estos casos es siempre preguntar… “Bueno, Joaquín, un mensaje para tus fans, o para los lectores de nuestra página”, pero yo voy a dar un paso más allá y te voy a pedir que me des un mensaje para tus detractores, para los haters.

JR: Ah, ¿pero tengo haters?

E: Seguramente, sí, ¡todos! (risas)

JR: ¡Haters y trolls, y spammers! Sobre todo por ellos, que no alberguen tanto odio. Que eso no es bueno, al final te sale una úlcera. Que salgan a la calle y disfruten de la vida. Que está bien, no digo que esté mal odiar de vez en cuando un poco a las personas, porque es verdad que nos podemos hacer un poco estomagantes, yo lo entiendo. Entiendo que haya gente que diga “¡qué estomagante, qué pesao, está en todas partes!”. Yo lo entiendo, pero para un rato. Pero luego, que también amen, que duerman sus horas, que cuando tengan malos pensamientos se vayan a la despensa y que piquen algo, y se les pasa. La masturbación tampoco es una mala solución para esos momentos de odio. Igual lo practican también. (risas)

E: Pero eso es un poco jodido, porque si están odiándote están pensando en ti, y si directamente pasan a esa fase…

JR: Bueno, puede ser, sí. En todo caso, si están mucho tiempo solos que se vayan a la calle y disfruten.

E: Bueno, ¡véndenos el libro! Cuéntanos algo de Realidad a la piedra para que lo compre la gente.

JR: Es un libro que os va a hacer mucho bien, porque es cortito, y hay de todo, hay bromas buenas y bromas regulares. Pero os va a hacer más bien que mal. Y está a color, el papel es bueno, y mira, la portada tiene brillo.

E: Muchas gracias.