Usted 7 (Esteban Hernádez). Autoedición, 2012. Rústica, 21×14,5 cm. 64 págs. B/N. 4 €
Usted es el fanzine de Esteban Hernández. Es un proyecto reconocido con el premio al mejor fanzine en el último Saló de Barcelona y consolidado, como demuestra que haya alcanzado su séptimo número: toda una gesta en el mundo del fanzine español. Aunque en algunos de los números anteriores había contado con varios colaboradores, en esta ocasión vuelve a completar las sesenta y cuatro páginas en solitario, a base de historias breves.
Dado que es el primer número de Usted que leo, no puedo valorar si Hernández está mejor, peor o igual, pero si puedo decir que su propuesta me ha parecido muy interesante. Su dibujo, cercano a la línea clara, muta ligeramente en cada historia, y se demuestra tan diestro en el blanco y negro puro como en los grises —y también en el color de la excelente cubierta—. En sus quince historias encontramos el costumbrismo de los detalles mínimos que encierran otros significados —«Ocurrió aquí al lado»—, mezclado con la autobiografía reflexiva —«Metaduelo»—, sin que a veces sepamos muy bien dónde acaba uno y empieza la otra, o qué historias pertenecen a los recuerdos del autor o son pura invención. No importa demasiado, y, en realidad, en esa mezcla indisoluble radica gran parte de la potencia de estas historias.
Como en cualquier recopilación de historias cortas, cada lector tendrá sus favoritas. Las mías son «Ciprés», un extraño cuento con tintes de realismo mágico muy bien medidos, las historias de «Mik y Kim», dos personajes de dibujos animados que viven gags de resolución, digamos, existencialista, y por último «Aún me pasa poco», en la que Esteban Hernández establece un sorprendente diálogo directo con el lector, que acaba siendo una sincera reflexión sobre el mercado y la profesión de historietista, ejecutado de manera impecable en lo formal.
El tono sereno y amable de Hernández me ha recordado en cierta forma a Lorenzo Gómez o Juan Berrio, en su acercamiento a la realidad cotidiana reflexivo pero ligero, y en el cariz de los textos. Hernández no agobia con excesivos textos de apoyo y deja en muchas ocasiones la interpretación de sus historias abierta. Lo cual no impide que persista la sensación de que este séptimo Usted tiene algo de expurgo personal, o de higiene mental, si se quiere; por eso funciona y se crea cierto vínculo con el lector, que empatiza con la sinceridad de esta colección de historias que, por cierto, está fantásticamente editada.