Reportajes (Joe Sacco)

Reportajes (Joe Sacco). Random House Mondadori, 2012. Cartoné. 27×20 cm. 196 págs. Color y B/N. 20,90 €

Reportajes es el último libro de Joe Sacco que se ha publicado en España, en la editorial Random House Mondadori. Sacco, nunca se dirá suficientes veces, es uno de loa historietistas más importantes del momento. Lo viene siendo desde hace años, en realidad. Es el representante más claro del cómic periodístico, y sus reportajes en viñetas han demostrado que el género tiene sentido y es necesario para mostrar la realidad de otra manera. Sacco usa el dibujo como declaración de intenciones, como renuncia a la objetividad —de ello habla en el prólogo de Reportajes, de hecho—, y elige mostrar los acontecimientos que cubre como periodista sin prescindir de su punto de vista, sin elidirse del relato: Sacco está siempre presente y acompaña al lector, apuntándole con los textos de apoyo la información que completa los testimonios que refleja, o haciéndole partícipe de sus propias dudas. Desde la humildad, Sacco es más riguroso y sincero que muchos de sus colegas reporteros ortodoxos, y siempre intenta ser justo y da voz a todas las partes.

            Reportajes no es exactamente una novedad, porque recoge reportajes breves que ha venido haciendo en los últimos catorce años. Esta circunstancia conviene tenerla siempre presente, porque si no correríamos el riesgo de comparar el libro con el anterior que vimos aquí, el inmenso Notas al pie de Gaza, uno de los mejores tebeos que se han publicado en los últimos tiempos, o en cualquier tiempo. Reportajes no alcanza la sofisticación en lo formal de aquél, ni el calado de su investigación encuentra igual en los breves reportajes que ha ido dibujando Sacco, pero es algo completamente normal. El volumen arranca con un par de historietas cortas, «Los procesos por crímenes de guerra» y «Una mirada a Hebrón» —ésta de tan solo cuatro páginas—, que el mismo Sacco reconoce que son flojas. El color que les aplica es bastante superfluo, pero además de eso se constatan dos cosas: una, que entonces, a fines de los noventa y principios de los dosmil, Sacco aún no dominaba sus recursos como llegaría a hacerlo, y dos, que el formato breve no le sienta demasiado bien. Sacco necesita espacio y el ejercicio de síntesis que deberá de realizar en cada trabajo no puede ser exageradamente corto, como en este caso. Tras un portafolio de imágenes de Gaza y otra historia en cuatro páginas, «La guerra subterránea de Gaza», la cosa comienza a ponerse seria.

            Ya con un espacio suficiente y siendo un historietista más maduro, «Guerra de Chechenia, mujeres de Chechenia» (2202) se cuenta entre lo mejor de Sacco que he leído nunca: un relato minucioso de las condiciones de vida de las mujeres chechenas en el peor de los escenarios bélicos posibles: aquél que es negado y silenciado. Oficialmente, Rusia aseguraba que ya no había conflicto, pero la realidad que se encuentra Sacco en su visita dice otra cosa, y lo transmite con dureza y cercanía, sin poder evitar empatizar con las historias que le cuentan. El trío de historias relacionadas con Irak son también excelentes, y además introducen variedad en la recopilación. «La indolencia mata» narra su convivencia con soldados estadounidenses destinados en Irak, «¡Abajo! ¡Arriba!» muestra el entrenamiento de las tropas irakíes por parte del ejército de EE UU, y «Trauma a crédito» es el resultado de una serie de entrevistas con dos refugiados de Irak.

            Pero creo que el relato más conseguido y el más sorprendente del tomo es «Los indeseados» publicado originalmente entre 2010 y 2011. En él, Joe Sacco no viaja a un país en guerra ni a una zona donde el hambre hace estragos, sino que visita su Malta natal para abordar el problema de la inmigración africana. Nos mete de lleno en una comunidad occidental relativamente pequeña y homogénea por completo, blindada contra el mestizaje, en la que de pronto entran nuevas culturas que generan un rechazo casi generalizado. Sin hipocresía y sin dejar que su propio punto de vista, favorable a unos inmigrantes que sabe cómo lo han pasado hasta llegar allí —porque lo ha vivido de cerca durante su labor periodística— deja que todos los actores hablen, expone el conflicto social sin censurar a nadie, comprendiendo el miedo de ambas partes, e, incluso, entrevistando al ultraderechista Norman Lowell. Sacco muestra las duras condiciones de vida de los inmigrantes africanos y el tortuoso viaje hasta Europa, pero no esquiva los problemas que causan en un país tan pequeño y tradicional como Malta, ni condena a los malteses por sus opiniones xenófobas: eso será decisión de cada lector. En sus páginas realiza un ejercicio de ecuanimidad realmente admirable en los tiempos de las posturas radicales y el periodismo de los intereses corporativos, con el que construye un relato en el que, sin hurtarnos su propia postura, plantea la realidad en toda su complejidad, sin maniqueísmo, sin soluciones fáciles.

            El libro lo cierra «Los granjeros descalzos», sobre la casta más desfavorecida de la India. El propio Sacco se lamenta de la urgencia con la que tuvo que realizar el encargo, y lo cierto es que por interesante que resulte su experiencia, falta reposo y sobre todo variedad en los puntos de vista, aunque en esto no tiene mucha culpa, ya que apenas pudo hablar con alguna autoridad local de la zona que visitó.

            Reportajes sirve no sólo para acercarnos a conflictos que están ahí, junto a nosotros, y a los que no solemos prestar la atención que merecen, sino que también es una mangnífica panorámica de la evolución de Joe Sacco como artista. Sus reportajes sobrevuelan más de una década de perfeccionamiento y de búsqueda de un camino, de una manera de desempeñar su profesión, para lo que no había referentes. Y ver hasta dónde ha llegado recorriendo ese camino, los recursos formales que ha desarrollado y que sólo son posibles en el cómic, nos dan su auténtica talla como historietista.