Una historia de guerra

Recupero aquí a modo de homenaje a Joe Kubert dos textos que escribí para acompañar sendas publicaciones de uno de sus personajes emblemáticos, As Enemigo. En primer lugar, un artículo aparecido en Showcase. As Enemigo (Planeta, 2009), y a continuación otro que servía de prólogo a As Enemigo. Guerra en el cielo (Planeta, 2009).

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INFIERNO EN LOS CIELOS

Algunos lectores recordarán El Barón Rojo (Toutain, 1984), álbum con equívoco título que recopilaba algunas de las primeras historias de As Enemigo a cargo de sus creadores, Robert Kanigher y Joe Kubert. Aparte de algún que otro cameo ocasional en distintas series, poco más se ha podido ver por estas tierras sobre el aristocrático as de la aviación alemán salvo las dos historias comprendidas en Clásicos DC nº13, también de Kanigher y Kubert, y El As Enemigo: Amor de guerra, de George Pratt, ambos editados por Ediciones Zinco en 1990. Así pues, Showcase: As Enemigo supone una oportunidad de oro retomar aquellas primeras historias… y muchas más, inéditas hasta el momento en nuestro país.

En 1959, Robert Kanigher, por aquel entonces editor de todos los títulos bélicos de DC, crea junto a Joe Kubert al inolvidable Sargento Rock. Con fecha de portada de 1965, el mismo tándem creativo introduce un nuevo personaje memorable en las páginas de Our Army at War #151 con la I Guerra Mundial como escenario: el As Enemigo. Hans von Hammer, o “El Martillo del Infierno”, como también es conocido, presenta parecidos más que casuales con Manfred von Richthofen, el Barón Rojo: tiene sangre azul, pilota un Fokker DR-I rojo y su record de abatimientos es asombroso. El dibujo de Joe Kubert, por aquel entonces ya todo un veterano tras haber ejercitado al máximo su capacidad de experimentación narrativa en Tor, se adapta a la perfección a las acrobacias de este nuevo personaje, siendo junto a Alex Toth uno de los pocos dibujantes que supieron imprimir auténtica emoción y una poco habitual claridad y belleza a las escaramuzas aéreas. Tras la marcha de Kubert de la serie, dibujantes de solvencia más que contrastada como Frank Thorne, Howard Chaykin o John Severin, seguirían haciendo volar alto al As Enemigo.



Al igual que sucede en Sargento Rock, en As Enemigo el interés de las historias radica no tanto en la peripecia aventurera como en la propia dimensión humana de los personajes. Kanhiger y Kubert tuvieron la suficiente valentía e inteligencia como para convertir en protagonista a un soldado alemán dotado de una personalidad relativamente compleja que le lleva a cuestionarse constantemente sus propios principios. Su honor y caballerosidad chocan con el deber y la lógica militar. Su incapacidad para identificarse con cualquiera de sus semejantes o de acabar de aceptar el horror que le rodea y mantener al mismo tiempo su humanidad, le llevan a aceptar a un lobo como único compañero y animal-totem. Pero la guerra continúa, y un triplano escarlata tiene que despegar de nuevo…

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UNA HISTORIA DE GUERRA

En 1940, la Segunda Guerra Mundial asola Europa, y aunque por aquél entonces los Estados Unidos todavía se declaran neutrales, ya cooperan con los países atacados por las fuerzas del Eje. Por supuesto, los cómics, siempre cronistas de su época, no permanecen al margen del conflicto. Con fecha de portada de mayo de 1940 aparece el primer número de War Comics (Dell Publications), dando el pistoletazo de salida para todo un nuevo género, el cómic bélico, que se asentaría definitivamente poco después con la participación directa de los EE.UU. en la guerra. Con fecha de portada de marzo de 1941 un nuevo héroe deja clara cuál es la postura de la industria del cómic estadounidense frente al conflicto armado: en la cubierta de Capitán América #1 (Timely), de Joe Simon y Jack Kirby, el héroe que encarna los ideales de su país derriba de un puñetazo al mismísimo Adolf Hitler. Evidentemente, los cómics bélicos sirven como vehículo propagandístico con el que exaltar tanto el valor de las propias tropas como la ruindad del enemigo y así mantener alta la moral de los ciudadanos. A lo largo de los años cuarenta, los títulos bélicos copan el mercado estadounidense de los comic-books y las tiras de prensa, y algunos como Steve Canyon de Milton Caniff o Johnny Hazzard de Frank Robbins llegan a pasar a la historia como hitos del Noveno Arte.

Con los años cincuenta llega una nueva amenaza bélica para los EE.UU., la Guerra de Corea, y de nuevo el cómic materializa en viñetas los miedos y ansiedades de los estadounidenses. Con fecha de portada de noviembre-diciembre de 1950 se edita el primer número Two-Fisted Tales de la mano de EC, primero alternando historias de aventura y guerra para pronto decantarse por estas últimas. Medio año después se sumaría la cabecera Frontline Combat, en ambos casos bajo dirección editorial y guiones de Harvey Kurtzman, uno de los autores estadounidenses más importantes de todos los tiempos. A la innegable solvencia de sus dibujantes habituales, entre los que se encuentran el propio Kurtzman, Wally Wood, John Severin o Jack Davis, hay que añadir la de autores esporádicos como Alex Toth, Joe Kubert o Russ Heath. La calidad estética y narrativa de algunos de estos cómics es apabullante, pero lo que realmente sorprende es el nuevo ángulo bajo el que se examina la guerra, despojándola del glamour propagandístico, la exaltación de lo heroico y el maniqueísmo imperante hasta el momento. Esta nueva aproximación marcará en adelante el tono de muchas publicaciones bélicas, ahondando en el perfil psicológico de los personajes y poniendo el acento en los horrores de la guerra más allá de nacionalismos.



Con la Guerra de Corea en marcha, DC apuesta fuerte por este género en 1952, estrenando All American Men of War, Star-Wpangled War Wtories, Our Fighting Forces, Our Army at War y G.I. Combat, títulos antológicos que comparten un mismo editor (y muy a menudo guionista), Robert Kanigher. Entre los artistas que ilustran sus páginas se encuentran muchos de los nombres ya citados y otros igualmente importantes, desde Jack Kirby a Jerry Grandenetti, pasando por Gene Colan o Frank Thorne. Kanigher ha pasado a la historia tanto por su talento y originalidad como por su “egomanía”: el cambio más insignificante en sus guiones realizado por cualquier dibujante provocaba airadas reacciones de su parte. No son de extrañar las duras discusiones que mantenía con Alex Toth, con una personalidad tan marcada o más que la de Kanigher, pero incluso el dócil y amable John Romita Sr. tuvo problemas con el guionista, y Gene Colan abandonó DC tras explotar y soltarle a Kanigher en su cara un “estás loco”. Sea como fuere, la relación de Joe Kubert con el guionista siempre fue buena y fructífera. Al igual que Kanigher, el dibujante de origen polaco fue un niño prodigio, y para cuando comienza su colaboración mutua en títulos bélicos, en 1955, Kubert ya es un nombre respetado dentro de la industria. Así, en G.I. Combat #68, con fecha de portada de Enero de 1959, ambos hacen historia juntos por vez primera con la creación del militar más importante y duradero de todo el Universo DC, el Sargento Rock. Ese mismo año, en el mundo real estalla la Guerra de Vietnam, aunque los EE.UU. no intervienen directamente hasta años después. A principios de los años sesenta, la Guerra Fría se intensifica y a mediados de 1964 ya es evidente que el país participará activamente en la Guerra de Vietnam. Este clima prebélico es un acicate para los autores y editores de cómics de guerra, y con fecha de portada de Febrero de 1965, Kanigher y Kubert introducen en las páginas de Our Army at War #151 un nuevo personaje: As Enemigo.



Ambientada en la Primera Guerra Mundial, esta serie tiene como protagonista al aristocrático piloto alemán Hans von Hammer, con parecidos más que razonables con el histórico Barón Rojo. El pincel de Kubert es todo lo eficaz y elegante que se puede esperar de alguien con su trayectoria profesional y la pluma de Kanigher describe unas historias que en gran parte beben de los cómics de EC mencionados. Aunque mostrará la caballerosidad en el campo de batalla, la elección de un soldado “enemigo” como héroe ya implica una visión poco ombliguista de la guerra, y el retrato atormentado del protagonista no hará sino remarcar el horror bélico. Tras unas pocas historias publicadas en 1965, el personaje reaparece con fuerza en 1968 de la mano de los mismos autores para después asomar aquí y allá a lo largo de los años setenta y primeros ochenta en distintas cabeceras, como El Soldado Desconocido, personaje creado por… efectivamente, Kanigher y Kubert. A lo largo de todos estos años, Kanigher casi nunca deja As Enemigo en manos de otros guionistas, pero varios dibujantes de renombre sustituyen a Kubert, entre los que destacan Frank Thorne, Howard Chaykin y John Severin. Todas estas historias, muchas de las cuales habían permanecido inéditas en España hasta el momento, pueden encontrarse en el tomo recopilatorio Showcase: As Enemigo, publicado de manera simultánea al que tienes entre manos por Planeta DeAgostini.



Tras el tímido regreso que supone El As Enemigo: Amor de guerra (Ediciones Zinco, 1990), de George Pratt, Hans von Hammer permanece en el limbo de los aviadores hasta que en 2001 Garth Ennis, Chris Weston y Russ Heath lo recuperan en el escenario de la Segunda Guerra Mundial en As Enemigo: Guerra en el cielo. Pocos equipos creativos más apropiados podrían proponerse a priori para un proyecto como este. Ennis ya había revitalizado Soldado Desconocido (Norma, 1998) unos años antes, saltado a las trincheras con Las aventuras de la Brigada de Fusileros (Norma, 2001) y demostrado su capacidad para representar tanto la violencia como la camaradería extrema en Predicador (Planeta DeAgostini, desde 2006). Por su parte, Chris Weston, hijo de un militar británico, nace en Alemania y pasa su infancia viajando de país en país en distintas bases militares, disfrutando de los cómics en general y de los bélicos en particular. En su currículo de combate previo a esta obra cuenta con Rogue Trooper, y su estilo preciosista y altamente documentado calza como un guante en Guerra en el cielo. Por último, hablar de Russ Heath es hablar de un clásico del cómic, uno de los puntales del género bélico en DC durante décadas, un hombre que lo ha dibujado todo y un estrecho colaborador de Robert Kanigher en su día. ¿Ha sido capaz este equipo creativo de recuperar y actualizar la esencia del As Enemigo? La respuesta, en las siguientes páginas…