Eternals (Gaiman & Romita Jr.)

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Eternals (Neil Gaiman & John Romita Jr). Panini UK, 2007. 276 págs. Color.


Lo cierto es que Neil Gaiman y John Romita Jr juntos en un tomo es algo que despierta -como poco- la curiosidad del posible lector, aunque también hay una lucecita de alerta que parpadea con intensidad. ¿A cuál de las dos alarmas haremos caso?
Tomas el volumen de estos Eternals en tus manos, lo abres y lo hojeas y ojeas, ávidamente, pensando que en esos segundos podrás captar la esencia que te hará decidir si lo compras o no. Después pasamos a analizar la edición, también en muy poco tiempo: hay un tipo justo a tu lado que parece que le vaya la vida en poder hacer justo lo que tú andas haciendo y tiene que ponerse a ello pero que ya, no puede esperar. Por eso, tu revisión sólo llega a apreciar que la encuadernación es buena y también el papel, algo más grueso que el que han usado aquí en el formato grapa. Lo coges, lo sopesas… y te lo llevas, como ya suponías que terminarías haciendo, pues la curiosidad es un poderoso motor y tú quieres saber cuál ha sido el resultado de la reunión de estos dos grandes artistas. Así también consigues que el soplanuncas de turno pueda mirar tranquilo: ya se ha quitado de en medio a ¡una chica! que le entorpecía el camino hacia su deleite.
Y así llegamos al punto de origen: empezamos la historia y nos dejamos meter en faena.
En esta edición, la inglesa, hay una serie de extras: una entrevista a Gaiman, bocetos, bien a lápiz o esbozados a tinta, de los principales personajes y de algunas páginas especiales de JR Jr, y un pequeño resumen que enlaza estos Eternos con los creados por Kirby, los originales y, por tanto, antecesores de éstos que nos ocupan.

A nivel de guión, Gaiman nos comienza a relatar la historia a través de los ojos y las vivencias de un estudiante de medicina, al que un tiarrón enorme e insistente le cambia totalmente la vida, a base de decirle y hacerle entender que no es quién cree ser, sino que en realidad eres un Ser Eterno, uno de los Eternos, una especie de semidios inmortal con una serie de poderes sobrenaturales. Todo, como es de suponer, es muy confuso, y más, teniendo en cuenta que estos Eternals han perdido la memoria… o se la han hecho perder: ninguno recuerda qué fue no hace tanto o qué es lo que lleva siendo desde el principio de los tiempos. Tampoco saben que van a estar todos relacionados de nuevo, debido a un cúmulo de circunstancias, azarosas en un primer momento, pero controladas por su destino divino. Tampoco podemos olvidar que toda la trama se desarrolla en plena Civil War dentro de Marvel, por lo que los Eternos tendrán sus más y sus menos con IronMan, que está empeñado en que se registren: el ya famoso Whose side are you on? se repite tantas veces como oportunidades surgen. La acción queda encuadrada dentro de este marco que proporciona Marvel y, por lo tanto, algo encorsetada, nos sabe a poco… Tal vez sea una forma de relanzar unos clásicos que aporten otro punto de vista, que no tengan que decantarse ni elegir bando alguno,porque parece más que obvio que esta historia está destinada a continuar y, a ser posible, a hacerse más grande.

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Ejemplo del interior, en el que destacan: el uso del color, de Hollingsworth y Mounts y la falta de bocadillos y sus rótulos, a cargo de Todd Klein


En el apartado gráfico nos encontramos a John Romita hijo haciendo virguerías de las suyas, mostrándonos perfectamente las dualidades que presentan los personajes: disfruta con la parte humana, llevándonos por el camino de la relativa normalidad, de la duda y de la vida perdida en las sombras de la rutina, así como disfruta también dejándonos caer en el lado heroico, pasando de uno a otro de modo agradable, como si tal cosa, y a la par, asombrándonos con el cambio de los sujetos que van poblando las páginas, llenas de color y de referencias a los Eternos de Kirby, a los que da su propia identidad, una nueva visión, actualizada y adaptada a los tiempos que corren. Esto mismo hace con los chicos malos de la serie, que visten caros trajes de chaqueta, grises, cuando son humanos y en claro contraste con el mundo circundante, hasta que se destapan con su verdadero yo: The Changing People, como gustan de autodenominarse. Tampoco es raro encontrarnos espectaculares dibujos que ocupan una o una doble página, para detallar o destacar un fragmento importante dentro de la narración.

Tanto el guión como la historia están puestos demasiado al servicio de lo que está ocurriendo en estos momentos en el Universo Marvel, que por otra parte, facilita la continuidad, aunque –creemos- que deja una puerta abierta a la posibilidad de seguir un camino propio. Todo ello llevado con seguridad y buen hacer por una pareja de profesionales que, conociendo muy bien el medio, nos proporcionan un pasatiempo, entretenimiento del bueno y logran que estas tardes, ya calurosas del verano, sean más llevaderas, dejando un buen gusto con la lectura y con los dibujos, pero (¡malditos peros!) que terminan dando la razón a la luz parpadeante que nos avisaba al comienzo.

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Interesante, pero no resiste una purga por motivos de espacio

Mar