El fin de Bruguera



Ibáñez: “[El cómic] está muerto, eso es indudable. Lo que pasa es que no está muerto del todo. Está medio muerto. Aguanta un poco. Está medio muerto y no se muere nunca. Esto puede durar todavía. Puede durar años. Ahora, ¿cuántos? No lo sé. ¿Hasta que se muera del todo? Siempre puede quedar algo. Siempre habrá cuatro aficionados. Siempre habrá aficionados. Ahora, lo que fue… vamos, es que no hace falta que yo lo diga, coño. No hay más que ir por la calle y parar por los quioscos y ya lo veis. El que tiene 60 años como yo ha visto la subida, subida, subida y luego ha visto la bajada, bajada, bajada hasta quedar en nada. Los quioscos de la calle antes eran casi todo tebeos y unas cuantas revistas. Ahora son casi todo revistas y algún tebeíto por ahí del Mortadelo o del Zipi y Zape y para ya de contar.”

Escobar: “Mira nen, en este mundo siempre habrá niños, y los niños siempre leerán tebeos, así que este trabajo es un trabajo para siempre”.

Peúve termina su largo y documentado repaso a lo que fue el fin de la editorial Bruguera, una serie de 8 entradas que pueden leerse aquí.