Freddie y yo (Mike Dawson)

Hoy presentamos a un nuevo colaborador, el insigne Pablo Ríos, a quien puede que también conozcáis como Tebeobien. Pablo ha escrito sobre cómic en medios profesionales como Málaga Hoy y otros, y actualmente es reseñista habitual en la revista Rockdelux. Además, mantiene su propio blog y desarrolla una actividad frenética en twitter. Y como nos complace lo que escribe y cómo lo escribe, aquí lo tenéis, con la reseña de un cómic que lo tiene todo para no gustarle… y que sin embargo le gusta.


Freddie y yo (Mike Dawson). La Cúpula, 2008. Rústica. 308 págs. B/N. 20 €

¿POR QUÉ ME GUSTA ESTA COSA? HOY: ‘FREDDIE Y YO’, DE MIKE DAWSON.

Eh, Queen. Ojo, estos Queen, claro. ¿Qué tal? ¿Os molan y eso? Bueno, a mí algunos temas, he de reconocerlo… tampoco es que los haya escuchado una barbaridad… más bien ni fu ni fa… Pero vamos, que bien por ellos. Freddie Mercury me caía bien. Brian May es un poco pejiguera. Los otros dos ni sé cómo se llaman.

Menuda introducción, ¿no? Oye, es que voy a hablar de Queen, así que tomadlo como un bonito gesto de sinceridad. Lo cómodo hubiera sido tirar de ‘mirad, amo-odio a Queen así que…’, pero no, os confieso que parto desde una posición destemplada, qué le voy a hacer.

A quien sí que le gusta Queen, pero a lo bestia, es a Mike Dawson. Dawson es un dibujante británico afincado en los USA desde chaval. Su primera novela gráfica, publicada en 2008, se tituló nada menos que Freedie and Me: a Coming of Age (Bohemian) Rhapsody. Así que sí, Mike es muy fan de Queen. Y su tebeo es una autobiografía nostálgica vehiculada a través de su relación personal con la música de la banda. 300 páginas, nenes. ¿Qué interés puede despertar un cómic así a alguien que apenas es capaz de tararear un par de temas de la banda? Ah, maldita sea, nada de lo humano me es ajeno. Recordad eso siempre. Venga, dejemos a Mike que cuente sus cosas.


Aquí Mike, aquí unos amigos.

Y es que el punto de partida es la mar de interesante, ¿no os parece? Una confesión de un fanático de cualquier cosa siempre lo es. Sin embargo, y quizás ahí está la chicha de este tebeo, Dawson nos regatea sutilmente, porque, a medida que avanzamos en su lectura, nos percatamos de que no estamos ante los alaridos del equivalente mercuryano a una una belieber desnortada. Dawson ha crecido, ha dejado atrás cosas que creía importantes y que bueno, quizás no lo eran tanto. Eso es lo que nos cuenta, un relato de madurez. Y ojo, que no son frecuentes en el mundo de los tebeos. Pienso ahora en los jefes canadienses: Seth, Matt, Brown… Dawson no es un superdotado como ellos, pero sí ha comprendido el significado de la palabra ‘adulto’. Demonios, Queen forma parte de su vida. Pero precisamente ahí está la clave. En que es parte de su vida.


Freddie en él.

Tal vez por eso me gusta esta novela gráfica. No hay alardes técnicos ni requiebros literarios. Sí es un poco bruta, con personajes feos. Con dudas, y caídas. Y a lo mejor le falta algo de ritmo. Pero en su imperfecta estructura encuentro sinceridad y una voz cercana.

Y eso que a mí Queen… Ahora, también salen los Wham, y ah, amigos… ¡eso es harina de otro costal!