El valle de las maravillas Nº 01: Cazador-recolector (Joann Sfar). Ediciones Sins entido, 2006. 108 págs. Color. 18 €.
¿A quién no le ha atraído la idea de verse viviendo en otra época? Es más, yo creo que muchos de los que ahora leen estas líneas tienen ya decidido, con casi toda seguridad, la época y el lugar concreto… y los motivos y el por qué del cuándo y del dónde.
Mucho de todo esto hay en El Valle de las Maravillas de Joann Sfar: él y su familia son trasladados por obra, gracia y arte del autor a un periodo de la prehistoria humana, en la que el hombre vivía de la naturaleza, siendo su principal faceta la de cazador, aunque hacia el final del álbum nos encontramos con la conversión en recolector, que parece dar un vuelco en la organización de la vida de los protagonistas. Pero no nos dejemos llevar por el espíritu científico y arqueológico en esta historia, pues no es lo que se pretende: al llevar su familia y su existencia a una época, lo hace a su manera, decidiendo las reglas de esta posibilidad de nueva vida y sin privarse de incluir (tanto en el guión como en el dibujo) todo aquello que le gusta, le interesa o le divierte. Así pueden aparecer monstruos marinos, acompañados por la mágica luna, como salidos de un sueño, con nocturnidad pero sin demasiada alevosía; qué le apetece sacar preciosos y apacibles dinosaurios pastando, ¿quién se lo impide?; y ¿por qué no pelear contra una especie de Godzilla del Precámbrico?… pues ya está: elegido el monstruo y la palabra jugosa.
Sfar se divierte haciendo un cuento, una historia tan maravillosa como el Valle en el que decide habitar. Una trama para ser leída y disfrutada por todas las edades, con sus puntos de reflexión adulta, pero sin perder nunca el horizonte de aventura, donde no puede faltar el viaje, las luchas, la amistad y el amor, a la pareja y a los hijos, de reflexión sobre la vida y sobre lo que ésta puede llegar a ser (o dejar de ser) debido a cambios que se avecinan y que aún no van a afectar a los míos.
Cada una de estas partículas se pueden ir siguiendo a través del personaje (el propio Sfar) que nos hace de narrador y de sujeto activo de la historia, juez y parte, elemento que tiende a verlo todo según una lógica llana, simplista, útil, propia y clara. Así, no querrá luchar, pero lo hará con resolución si se ve obligado; no entiende a los civilizados que se dejan morir y que se enfadan al ser salvados; ni al guerrero que viaja en busca de un rival con quien medirse… Y todo ello, en buena compañía: el amigo con el que llevar a cabo estas aventuras y aprendizajes, como el de la recolección y el de los hombres que tienen nombres sin significado.
En el apartado gráfico nos encontramos con el trazo característico de Sfar: nos lleva viñeta a viñeta por un mundo fantástico sin ningún tipo de dudas y, por lo tanto, sin problemas y así, nos dejamos llevar en su viaje y sus experiencias con la misma facilidad que nos sucede con la historia, notándose que disfruta proponiéndonos con cada dibujo nuevas situaciones, luciendo sus mejores galas y aptitudes en –casi- todo el álbum, ya sea a la hora de realizar a los personajes como a la de recrearnos los fantásticos entornos por los que se van desplazando los protagonistas, paisajes plagados de detalles que bucean en la realidad de los datos de la época que poseen los museos, como nos destaca el propio Sfar, y de la imaginación desbordante del autor.
Cabe, asimismo, destacar la estupenda edición que nos presenta Ediciones Sins Entido, en la que se incluyen las notas del autor para este Valle de las Maravillas, tomo I, en el que nos explica con todo tipo de detalles las circunstancias que le llevaron a realizar este volumen y, por supuesto, con el sentido del humor que no falta en ninguna de las obras de Sfar, y sin olvidarse tampoco, de las influencias que impregnan este álbum.
Avance del segundo volumen, aún en blanco y negro, que podemos encontrar en el blog del propio Sfar, aquí
Sfar tiene muchas historias guardadas: no se le agotan (¡¡gracias!!). Nos vemos, cuanto antes, en el segundo tomo, que se titulará El Amigo de los Gorilas. Mientras, les recomendamos, si nos lo permiten, esta pequeña gran maravilla.
Excelente, tebeos como este hacen grande el cómic