Clowes al habla

Tom Spurgeon entrevista hoy mismo a Daniel Clowes, haciendo especial hincapié en su último trabajo publicado, Wilson. Traducimos aquí algunos fragmentos de la conversación.

——–oOo——–




WilsonWilson es un libro. El material de la portada es como la placa de una armadura.

Sí, decidí que esa era la mejor opción. No tiene sentido sentirse avergonzado porque sea un libro. Creo que es un poco como todos nos sentimos ahora mismo en cierta forma. «Hacemos este artículo prehistórico; hagamos como que es algo provisional hasta que aprendamos cómo hacerlo en el iPad» o algo así. No es eso lo que yo quería hacer. Yo quería decir, «Es esto. Este es el libro». Necesitaba tener ese libro enorme que solo pudiera existir como libro.

Siempre hay alguien en los foros que cada vez que haces algo que no es un comic book pregunta, «¿significa esto que no habrá más Eightball?». Asumo que la serie está terminada.

Creo que, tal y como era, está terminada. No puedo decir que nunca haré otro comic book y lo llamaré Eightball. En realidad hay una probabilidad bastante alta de que haga eso algún día. Por los viejos tiempos, o algo. O solo para volver a pensar sobre lo que significa un comic book en determinado momento. Pero ahora mismo está claro que no creo que sea lo que hay que hacer. Después de David Boring debí haber dejado de hacer comic books. No tenía sentido hacer Ice Haven y The Death-Ray como comic books. Yo llevaba tanto tiemp tan ligado a ese formato, que ni siquiera imaginaba aquellos trabajos en otro formato distinto del comic book. Mirando hacia atrás parece una locura. A día de hoy no puedo explicar a la gente que no está implicada en el mundo de los cómics lo que es The Death-Ray. Ellos dicen, «tengo tu libro, Eightball«.

[Ríe] Claro.

«No, eso era un comic book, y era una historia que aparecía…». No tiene sentido para nadie una vez que miras atrás a través de los ojos de alguien que no está iniciado en estas cosas. Parece bastante estúpido hacerlo así.

El hecho de que casi no hicieras cómics, ¿hizo la transición más fácil?

[Risas] Sí, no estaba haciendo cómic. Simplemente no podía dejarlo morir. «Yo creé Eightball«. No quieres dejarlo. Sé lo que sentimos todos cuando los hermanos Hernandez dejaron Love & Rockets por primera vez, fue como, «¿cómo podéis hacer esto? Es la bandera de los cómics alternativos. No podéis dejarlo sin más». Cuando Peter Bagge lo dejó… todavía estoy cabreado con él por dejar Neat Stuff, ya sabes, lo que después fue Odio. Había esa sensación de «no es buena idea. No dejes tu gran título». Me sentí muy incómodo al dejar atrás Eightball. En cierto momento ya era como una afectación hacerlo como comic book, como un panfleto. No había otra auténtica razón para hacerlo más que mostrar tu fidelidad a tu amor infantil a ese formato particular.



Puede que no esté siendo completamente preciso, pero he leído en algún sitio que la aproximación de páginas autoconclusivas que usaste en Wilson fue en parte para facilitarte editarlo, para ser capaz de editarlo tú mismo. [NdT: Edición en el sentido de montaje]

En ese sentido estuvo muy bien.

¿Nació de un deseo de, ya que estabas haciendo una obra larga, querer tener esa capacidad? Tú no trabajas con un editor en el sentido habitual del término.

Nunca. Nadie lo lee antes de que vaya a imprenta. Bueno, con Wilson fue como si la edición fuera parte del proceso. En realidad empecé dibujando un puñado de historias que no tenían necesariamente un hilo conductor, sin un argumento. Solo eran sobre este tipo: más o menos avanza pesadamente por su semana. A partir de ahí empezó a surgir una historia. Y así, acabé eliminando todo lo que no formara parte de esa historia. Más o menos empezó con la edición. Y después, a medida que trabajaba en ello, tenía más y más material. Es una historia muy elíptica, hay un montón de momentos perdidos que tú tienes que imaginar. Yo tenía todo ese material. Tenía en mente lo que sucedía. Pero a menos que me encantara ese momento, o que sintiera un apego enorme por la página, lo eliminaba. Quería creer en la capacidad de la audiencia para rellenar esos huecos. Eso es lo que me realmente me atrajo hacia esta historia. Quería ser muy, muy simple a cierto nivel, pero quería que tuviera cierta profundidad, y pensé que eso solo podría conseguirse y el lector lo completaba en parte por sí mismo.

¿Fuiste muy despiadado eliminando material dentro de cada historia? Las páginas individuales me resultan muy precisas: no me parece que sobre nada.

Fui muy, muy despiadado. Me gusta editar. Escribiendo para el cine siempre escuchas que los guionistas son muy sensibles a que editen sus líneas. Y a mí me encanta cuando la gente lo recorta todo. Me encantaría ser capaz de escribir un guión que tuviese 71 páginas. Reducido a la nada. Entonces es cuando me parece algo. En Wilson, creo que lo reduje hasta el punto en que ya no me podía permitir eliminar nada una vez que lo dejé en 72 páginas.

He preguntado a algunas personas si tenían cuestiones para ti, y había una pregunta que se abría paso en todas sus contestaciones. Es una pregunta un poco estúpida. [Clowes ríe] Cuando el libro salió se habló… y sospecho que puede que fuera más en la comunidad de aficionados al cómic que entre los lectores que más probablemente elijan tu libro en una librería… que fundamentalmente la gente encontraba a tu personaje Wilson detestable, y que eso era de alguna manera un fallo del libro, que tú no conseguiste que empatizaran con este tipo.

En realidad no leí mucho de lo que se dijo en el mundo del cómic porque sabía que no sería una forma productiva de emplear mi tiempo. Me lo dijeron amigos. No buenos amigos, sino conocidos. Gente a la que no le gustó el personaje y no entendían por qué alguien querría leer un libro sobre un personaje desagradable. Ni siquiera sé qué responder a eso. [Ríe]

En realidad a mí me pareció que el personaje era atractivo en muchos sentidos.

Mi intención al principio era crear un personaje que fuera como un elefante en una cacharrería, con todas esas posibilidades dramáticas debidas a su personalidad desbordante. Ciertamente, para el final del libro, me había vencido. Para el final del libro, se había hecho más cálido. Ni siquiera se me ocurrió que esa pudiera ser la respuesta, de verdad. Me parecía que había tenido personajes mucho más desagradables en el pasado sobre los que nadie había hecho comentarios en ese sentido. [Spurgeon ríe] Siempre pienso que con un personaje que va a ser divertido, eso no será un problema Pero aparentemente no es verdad. No sé.



Hoy me he sentado durante 20 minutos intentando imaginar algunas preguntas molonas que hacerte sobre los cambios de estilo en Wilson, y no lo he conseguido. Incluso me he sentido mal intentando formular las preguntas, porque no es algo de lo que me diera cuenta en mi lectura inicial del libro.

Tenía la esperanza de que la gente no se diera cuenta, en cierta forma. [Ríe]

Esta es mi pregunta, entonces. ¿Cómo quieres que la gente procese esas diferencias entre página y página? ¿Querías siquiera que las percibiesen? ¿Tal vez que no las percibiesen pero que recibieran cierta sensación?

Quería que leyeses capa historia como si fuera una nueva experiencia, en cierto modo. Me aproximaba a cada historia con una especie de pizarra en blanco. Si haces una historia en un único estilo, tu cerebro empieza a usar esas conexiones neurales que se hacen tan familiares. Te encuentras a ti mismo tomando esos atajos. Te empiezas a convertir en Gil Kane, dibujando al mismo tipo tumbado sobre su espalda todo el tiempo. [Risas] Ya sabes que Gil Kane no era consciente de cuántas veces había dibujado esas cosas una y otra y otra vez.

Yo intentaba empezar de nuevo con cada historia, de darle a cada página su propia presencia, su propio momento, su propia especie de dignidad. Espero que el lector lo pillase. Hay muchos aspectos formales que son totalmente consistentes a lo largo del libro. No hay narrador omnisciente. Son todo bocadillos. Es todo Wilson hablando consigo mismo. Seis o siete viñetas por página, la misma altura de tira y todas esas cosas. Esperaba que mantuviera cierta cómoda familiaridad ente página y página, pero también que tuvieran su propia presencia de la manera en que todos, cuando recordamos nuestras vidas, nos recordamos en de maneras diferentes pero familiares.

¿Crees que eso le dio al libro una especie de energía, que aunque no te dieras cuenta de los cambios de estilo específicos, el lector se mantiene enganchado activamente ajustándose constantemente a los cambios?

Cuando pasas las páginas del libro, al menos yo… como el lector menos imparcial que puede haber… cuando paso las páginas del libro siempre me anima sorprenderme por el modo en que los estilos destacan a medida que miras las páginas. Si fuera el mismo estilo todo el tiempo, creo que habría cierta calidad de inerte en él. Mi idea original del libro era que iba a hacer como una cosa falsa, como que era una tira semanal y estos eran los 75 episodios existentes y que los elementos perdidos de la trama eran aquellos de los que no podías encontrar copias impresas. Los sitios perdidos de la narración eran una broma sobre el mal archivado. [Pausa] No sé qué relación tiene esto con lo que estaba diciendo. [Risas]

¿Te sientes cómodo con el hecho de que alguna gente haya comparado este trabajo con Mister Wonderful?, y ¿tuviste ese libro presente cuando realizaste este? Hay bastantes parecidos superficiales.

Son muy parecidos. Hice Mister Wonderful de cierta manera, y cuando acabé pensé, «¿que habría pasado si lo hubiera hecho de otra forma?»… y seguí adelante con ello. Eso es lo que me mantiene en marcha como artista, esas cosas, cuando piensas, «bueno, podría haberlo hecho así, y tal vez así habría sido más interesante, y vamos a ver cómo sale». Mister Wonderful es un tipo de personaje muy distinto… es un personaje similar, pero hay una forma distinta de contar el personaje. Estás completamente atrapado en su cabeza en esa historia. Ni siquiera eres muy capaz de aprehender el mundo exterior, porque te cierra el paso con su monólogo interior. Wilson es exactamente lo contrario. En él todo es externo. Habla. No piensa. Lo ves actuar. Aproximarse a estas dos criaturas que de alguna manera son parecidas pero hacerlo desde dos puntos de vista distintos, es realmente interesante. Van bastante emparejados.

¿Hay otros trabajos que emparejarías de ese modo, donde un trabajo antiguo fuera un camino no tomado en otro trabajo antiguo?

Diría que el cómic de Ghost World frente a la película sería un ejemplo de esto. En el cómic había ciertas tangentes. Pensé, «¿qué pasaría si volviese aquí y tomase esta otra tangente que en el libro solo aparece de forma implícita?». Ahí es donde la película adquirió su gancho inicial, su primer empuje como algo nuevo.



Otra cosa sobre la que me gustaría preguntarte. Este año has publicado un trabajo importante; un montón de tipos que perteneces más o menos a tu generación de autores de cómic han sacado trabajos importantes este año.

Sí.

¿Tienes la sensación de ser parte de este grupo más amplio de autores de cómic?

Eso espero. Pienso que están todos esos tipos geniales y luego estoy yo. [Spurgeon ríe]

Nunca me sorprendo. No me sorprendí cuando X’ed Out resultó ser genial. Cuando el nuevo ACME ha resultado genial, simplemente presupones que va a ser así llegados a este punto. No es muy justo para un artista llevar eso sobre sus espaldas. Sí, ha sido interesante que todo ese material saliera a la vez. Y el año que viene, lo de Chester Brown.

¿Hay una especie de línea de competición que se revela en términos de tú y tus pares?

La había cuando éramos más jóvenes. En el buen sentido. Creo que todos intentábamos demostrar a los demás lo que podíamos hacer. «Él ha hecho esto, yo también puedo hacerlo». Ciertamente, yo ya no lo siento para nada. Simplemente siento un profundo aprecio por su material y me encanta que exista. No intento darlo por sentado, el hecho de que esté ahí fuera en el mundo y que muy fácilmente podría no estarlo. Todos esos tipos pueden decidir hacer otra cosa, o podrían haberlo decidido hace mucho tiempo. Tener más material nuevo que hace la vida mejor, no quiero sentir por ello nada más que absoluto aprecio.