El correo de CEREBUS

Moore, Gaiman, la música, el alimento físico y el espiritual, son algunos de los temas que comenta Dave Sim en la respuesta a uno de sus/nuestros lectores. Sigue leyendo, porque no tiene desperdicio.



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(Snob) ¿Cómo vio/vivió como autor la “Invasión Británica” (Moore, Gaiman, Morrison, Ennis, Ellis…) que contribuyó a llevar al medio a su “edad adulta”. Tú ya llevabas años haciendo CEREBUS antes de que aparecieran WATCHMEN o SANDMAN. ¿Tuvieron alguna influencia sobre tu obra?

En la entrevista publicada asegurabas estar muy quemado por el trato que había recibido en el mundillo. ¿Alguna vez te planteaste publicar bajo un seudónimo para evitar los prejuicidos del público y los medios?

Y por curiosidad fanboyera, me gustaría conocer tu música y tu comida favorita, y si tus actuales creencias religiosas tienen peso sobre esos gustos personales.

¡Hola, Snob! Bueno, sí y no. La Invasión Británica fue más una cosa mainstream de DC, más una cosa de Vertigo. Yo era un creador independiente y no escribía horror desde 1976 o así. Tuvo cierto impacto sobre mi trabajo porque estaba documentado que yo había dicho que los cómics nunca atraerían a escritores de talento al mismo nivel que, por ejemplo, Neal Adams en la ilustración. Alan [Moore] y Neil [Gaiman] definitivamente demostraron que eso no era cierto y ambos me impulsaron y me permitieron volverme más literario en lo que estaba haciendo. Cuando eres el único que lo hace, empiezas a preguntarte si hacer una novela rusa en forma de cómic no es simplemente pretencioso. Viendo como Alan y Neil trabajaban con capas de metáforas, resonancias internas, alegorías y demás, y viendo que eso funcionaba, que no parecía sobre escrito o afectado, me pareció que yo también “podía probarlo” y escribir al máximo de mis habilidades. Y si perdía a la mayor parte de mi audiencia haciéndolo, bueno, que así fuera. Y, por supuesto, fue muy positiva la perspectiva de tener nuevos capítulos de WATCHMEN y FROM HELL y SANDMAN que esperar mientras estaban saliendo.



Arrbia, Swoon, la parodia de Sandman aparecida en Women. Debajo, Alan Moore en persona en Going home.


En realidad no puedes usar un seudónimo en el cómic. Tal vez en la parte de la escritura, pero, aunque yo dibujo en muchos estilos distintos, demasiada gente reconoce un trabajo de Dave Sim cuando lo ve. Imposible de esconder. Pero es un pensamiento agradable. Además, soy auto editor, y si sale publicado por Aardvark-Vanaheim, va a ser de Dave Sim. Trabajar para una editorial sería un sacrificio demasiado grande por garantizar cualquier anonimato que como escritor pudiera derivarse.

No escucho música. Tiré todo mi material electrónico –televisión, radio, amplificación, reproductor de casetes, de cd, de vídeo- en 2001. Ahora vivo en un silencio absoluto. Tengo algunas preferencias musicales residuales, en su mayor parte derivadas de las raras ocasiones en las que estoy en una habitación de hotel y puedo cambiar de canales y ver vídeos con cantantes guapas. I miss you, de Avril Lavigne, My like would suck without you, de Kelly Clarkson, Womanizer, de Britney Spears. Me hicieron una entrevista para una radio universitaria en 2008 y el tipo que me entrevistaba dijo, “tenemos una colección de música enorme. Pide lo que quieras y lo ponemos como introducción a la entrevista.” Y yo dije, “Jennifer Lopez”. “Jenny from the block”. Esa fue una de las últimas canciones favoritas de mis últimos días en 2003 o así como demasiado-viejo-para-saltar-en-la-discoteca. Larga pausa. “NO voy a poner a Jennifer Lopez.” Ya sabes… DEMASIADO POCO MOLÓN para una emisora de radio universitaria. Bueno, vale, pero entonces no digas que pondrás lo que sea que me guste. Di que solo pondrás cosas que se adecuen a tus prejuicios. Odio esa parte de la música… que te tenga que gusta la música CORRECTA. ¿Qué sentido tiene eso? No lo pillo, de verdad. En cualquier caso, si estoy en una tienda y suena una de esas canciones, me pongo bajo el altavoz y escucho porque sé que no la volveré a oír tal vez en años.

Creo que la música es perjudicial para la salud espiritual, que es por lo que la eliminé como algo diario en mi vida. No es tan mala como el alcohol o las drogas, pero funciona en esa dirección, en mi opinión. Mi teoría es que tú eres tu alma, y que tu alma se nutre o se corrompe por tus elecciones y acciones. Creo que un poco de música de vez en cuando puede ser un placer inofensivo, pero puede convertirse en una fuerza poderosa si eres una de esas personas que No Pueden Vivir Sin Música. Pasas de ser tu alma, a ser tus preferencias musicales. Gente que tiene 8.000, 9.000 canciones en sus reproductores de mp3 o i-pods. Eso me parece un serio caso de comedores de lotos, dado que cada una de esas canciones ha sido elegida para provocarte una reacción emocional, para alejarte de la unión con tu alma, para “conectarte” con una experiencia emocional en masa. Si se me pega seriamente una canción de cualquier tipo… alguna canción que he oído en el supermercado y que no puedo sacarme de la cabeza, generalmente canto mentalmente Hark the herald angels sing o O come all ye faithful hasta que desaparece.

Las pasadas navidades conseguí las letras de bastantes villancicos, así que he adquirido el hábito de cantarlas antes de mi horas de rezo, cuando también leo en alto el Corán. Estoy seguro de que cualquier buen cristiano o musulmán estaría horrorizado, pero es que no lo hago para ellos, lo hago para, espero, encontrar el favor de Dios.

¿Comidas favoritas? Es un concepto un tanto extraterrestre para mí. Cuando tienes que esperar dieciséis horas para comer atún, panecillos y zanahorias, créeme, el atún, los panecillos y las zanahorias saben tremendamente bien. Los días que no ayuno, me como dos galletas de chocolate y me bebo una botella pequeña de Diet Coke para despertarme, a las 2:00 am, y poder grabar dos episodios de CEREBUS TV. Luego me tomo un café y pan de plátano sobre las 7:00 am. Eso me mantiene en funcionamiento hasta las 5:00 pm, que tengo que llevar tres episodios a FEDEX. La mayoría de las veces tomo un par de galletas de avena con pasas y un café descafeinado, aunque la pasada semana compré algo de pasta para comerla en su lugar. Lo que pasa es que probablemente mi estómago ya tiene el tamaño de una nuez, de manera que si como cualquier cosa, me lleno. Me “mola” tanto comer durante el día como lo que como.

Te das cuenta de que se come para sobrevivir. Te mantiene en funcionamiento. Comer por placer va en la misma dirección que el alcohol y las drogas, de nuevo. Como la pasta. Piensas, “qué buena.” No, no era buena, sabía bien. En realidad era mala, una masa gigantesca de grasa. En realidad comer es algo residual de cuando eras niño y tu cuerpo estaba creciendo. Necesitas comida para crecer, para llegar a tu tamaño natural de adulto. Yo lo alcancé cuando tenía 16 o 17 años. Eso es todo lo grande que voy a llegar a ser. O sea, ¿cuál es aquí la idea con la pasta? ¿Come un montón de pasta y te saldrá otro brazo?


Viñeta de Church & State.


De manera que sí, mis creencias religiosas tienen una gran influencia en mi actitud hacia la música y la comida. Todo lo que se haga en el sentido del extremos del “alcohol y las drogas”, me parece una distracción intencionada del ser de la dirección lógica del ser: hacia Dios. Ahora que estoy fuera del tema de la auto distracción, me doy cuenta de que eso es lo que yo hacía. No funciona. Es echar azúcar en tu depósito de gasolina. Dios sigue estando ahí. Es omnipresente. Fumar un porro o escuchar una canción o comerse una gran porción de tarta de queso no sirven para librarse de Dios, solo sirven para sabotear tu propio sistema intencionadamente, destrozar tu propio cuerpo. Una vez pasados los 17 años, solo necesitas cantidades traza de comida y agua para funcionar. Cualquier cosa por encima de eso, y estás añadiendo azúcar a tu depósito de gasolina. Y aún así, eso es lo que hace mucha gente. Para mucha gente, la vida no merece la pena ser vivida si no pueden añadir azúcar a su depósito de gasolina, en tanta medida como puedan, de tantas maneras distintas como puedan y tan a menudo como puedan mientras estén despiertos. Si pudieran hacerlo dormidos, también lo harían.

Es increíblemente disparatado. Y todo el mundo lo hace.



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