Llevo un boliche en el pecho



Desde este pasado fin de semana llevo un boliche en el pecho y el recuerdo de unos días fantásticos en Valladolid. Convocado como invitado por el Señor Boliche, (una especie de Charlie de Los Ángeles de Charlie que no se ve pero se presiente), me acerqué a Los Diálogos del Sr. Boliche para hablar un poco sobre blogs de cómics. La verdad, cualquier otra excusa habría sido buena para juntarse con tanta gente de primera categoría, en lo profesional y en lo humano. Vayan por delante los organizadores, El Planeta de los Cómics: si en Esparta fueron 300, en Pucela basta con cinco o seis para defender el cómic y acercarlo a sus paisanos. Toño, Jorge, Raúl, Adolfo, Jorge y Begoña demostraron una categoría única tanto en los aspectos técnicos de las charlas como lo personal. Los compañeros invitados tampoco eran moco de pavo, no.



El sábado, Santiago García y Pepo Pérez se marcaron una presentación de El Vecino de dos horas que se hizo corta donde desgranaron los tres tomos publicados. Yo me lo pasé como un enano enterándome de su método de trabajo, de las influencias directas y las asumidas que han impulsado cada Vecino, de sus modelos, de sus dificultades, de sus errores, de sus intenciones… Pepo y Santiago conjugaron en la charla sus facetas como autores y teóricos en lo que casi se puede considerar una clase magistral impartida por dos maestros con clase. Estos dos titanes mostraron lo enriquecedora que puede ser la transversalidad y el apropiamiento y adecuación de recursos de otras artes al cómic. Un auténtico lujo de charla que además fue muy divertida. Anda que no hicimos risas.



El domingo por la mañana, después de una visita a La Parada de los Cómics donde hablamos un rato (como no) de tebeos, Koldo Azpitarte y Paco Roca presentaron Senderos, una retrospectiva del trabajo de Paco acompañada de muchas historietas inéditas. Koldo, un hombre tremendamente articulado (nada que ver con Geyperman), decidido y con las ideas claras, ha creado la editorial Laukatu sólo para poder publicar este libro de la manera que él y Paco querían (aunque luego vendrán más, seguro), así que ya podéis imaginaros el cariño y el esfuerzo que condensa. Paco venía de un maratón comiquero: de Méjico a Getxo, de ahí a Alcalá de Henares y finalmente a Valladolid. ¿Cuándo dibuja sus tebeos? Pues en los “ratos libres”, o sea, dejando de dormir. Durante la presentación, moderada por Santiago, a mí, que no las tenía todas conmigo, me convencieron de que este era el momento acertado para realizar Senderos. Por supuesto, ya me lo estoy leyendo.

Por la tarde se realizó un encuentro en un café donde los aficionados pudieron charlar con los autores y conocerlos un poco más a nivel personal. Creo que todos pasamos un buen rato, aunque el café no tuviera ya “gotas mágicas”.

Finalmente se llevó a cabo la charla sobre blogs, con Pepo, Santiago y yo mismo moderados por Koldo (ya veis que Santiago no pisó el banquillo). Sentado en la mesa es más difícil tener una idea de si una charla gusta o no, pero me parece que se manejaron conceptos interesantes, como la “visión hegemónica”, “el ocio en el trabajo”, “si no tienes blog no existes” o “la mandorla” y hubo participación y diálogo, que es de lo que se trata.



Creo que gracias a la habilidad de mis compañeros invitados, todos ellos excelentes comunicadores, las jornadas mantuvieron un buen equilibrio entre lo divulgativo a nivel general y a nivel más técnico y profesional y sobre todo estuvieron aderezadas con un muy buen humor que sirvió para que el público se implicase. Me alegró mucho conocer a algunos lectores habituales de la página como Pastor, Jeune Albert y el chico cuyo nombre no recuerdo pero que flipaba con Jaime Hernández. Y quién no, claro. Por allí anduvo también un chaval de 75 años llamado Jesús Redondo con muchas ganas de hablar de tebeos y de hacer tebeos. Y luego algunos pensamos que lo nuestro es pasión.

A nivel personal fue todo un placer coincidir con Santiago, Pepo, Koldo y Paco (y con David Aja de vuelta a Madrid) y estrechar los tenues lazos que ofrece internet. También fue un gustazo conocer a los miembros de la organización y poder hablar no sólo de tebeos sino de cine, literatura o música con la confianza con la que se habla a un viejo amigo. Aviso a autores y divulgadores del cómic, la oferta del Sr Boliche es como la del Sr Corleone, no se puede rechazar. Eso sí, en vez de meterte una cabeza de caballo en la cama, te llevan a un hotel con jacuzzi (algunos pensaban que era un artilugio sadomaso), te dan de comer de lujo y por la noche, en el Berlanga, te pagan las copas y te pinchan música guapa. Pocas veces he encontrado tantas ganas y pasión por el tebeo como en este grupo de amigos que palma dinero para aportar su granito en esto de la difusión del cómic. Así que ahora, llevo un boliche en el pecho.

Si queréis ver fotos ilustrativas de la aventura y leer las opiniones de otros invitados, las tenéis en los blogs de Pepo, de Santiago y de Koldo.

¡Nos vemos en el próximo Boliche!