Ken Games 1: Pierre (Robledo y Toledano)

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Ken Games 1 (de 3): Pierre. (Robledo & Toledano) Diábolo, 2009. Cartoné. 48 págs. Color. 15,95 €


Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Así cantaba Serrat acerca de uno de los temas en torno a los cuales gira este Ken Games, el nuevo álbum de José Robledo y Marcial Toledano, editado en nuestro país por Diábolo, impecablemente, por cierto.

La historia narra la amistad entre dos chicos que se conocen en la Universidad, y que ahora se convierte en un trío de amigos, al entrar en juego la novia de uno de ellos. La relación de los chicos fue muy estrecha, pero en estos momentos, está basada en encuentros ocasionales. Fuera de esas reuniones, cada cual realiza su vida, sin saber de la de los otros más allá de lo que dejan entrever o de lo que es conveniente que se sepa. Porque no es conveniente que el amigo conozca en lo que se ha convertido la propia vida, esa vida a la que los lectores vamos teniendo acceso poco a poco, entrando en sus respectivos mundos y en las normas que los rigen, que no son las esperadas o las que dejan ver. Así, el protagonista principal de este primer volumen (de la trilogía) se llama Pierre y es hijo de un afamado matemático, profesor en la Universidad donde su vástago estudiaba, siguiendo los pasos de su progenitor. Y digo estudiaba, porque esa situación ha cambiado, dando paso a su vida actual, a su mentira actual, que mantiene alejada de sus amigos, interpretando un papel estudiado, del que resulta más y más complicado salir, por lo que el engaño no sólo se mantiene, si no que continúa creciendo y devorando la realidad.

Lo curioso es que mentir y dejarse devorar por sus mentiras es lo que les sucede también a los otros dos personajes: sus vidas no son, ni por asomo, lo que se supone que son, pero hay que mantener las apariencias ante los demás, ante el amor y la amistad, haciendo de esa mentira una parte tan fundamental de sus existencias que llega a ser un personaje más, por la fuerte influencia que ejerce en su presente, marcando el futuro irremisiblemente, consiguiendo que mantengan una máscara de normalidad allí donde no existe, pues sus vidas reales son las que parecen salidas de una imaginación macabra (y macarra). Así, la mentira va creciendo, llenándolo todo, marcando sus relaciones, sin que ninguno sepa que a los otros dos les sucede exactamente igual: los tres desearían librarse de esa pesada carga que les condiciona de tal manera que ya no sabrían cómo vivir fuera de esa realidad creada a medida, como un traje perfecto en apariencia pero cuyas costuras nos queman la piel.

Interior


Si el guión de Robledo está calculado al milímetro para que no quepan fisuras entre la realidad real y la propia e inventada, el dibujo de Toledano consigue que esas piezas encajen con facilidad, de modo ágil y contundente, entre la verdad y la mentira, con trazos limpios, seguros, que dotan a los personajes de características propias, con capacidad camaleónica, de mimetizarse en cada situación concreta, en cada momento. También cabe destacar el uso del color, que ilumina las escenas de amistad, idílicas sobre el papel pero que -curiosamente- están llenas de falsedad (aunque también de buenos propósitos) y carga, pesadamente con tonos sombríos, aquellas otras en las que la realidad, cruda y terrible, se adueña de sus vidas.

Aunque no descubro nada nuevo al recomendar este Ken Games, permítanme sugerirles su lectura si es que aún no han tenido la enorme fortuna de tenerlo en sus manos. De verdad. De verdad de la buena.