Le freak, c´est chic

O dicho de otra manera: ¿lo «freak», mola?
Es más: ¿está lo «freak» de moda?
Y sí: lo friki mola. Lo friki está de moda. Parece ser que lo «freak» ha pasado del ostracismo social a ser algo, no solamente aceptado por el común de la sociedad, sino que ahora está bien visto tener alguna afición, gusto, entretenimiento que pueda llegar a considerarse friki o que antes (entendiendo por «antes» hace escasamente un ¿año?) fuese llamado friki, saliendo el término de las mismas tripas. Y no como ahora, que es «guay, genial, divertido, chuli, moderno, «cool», fardón, encantador, normal, molón…» o cualquier palabra que se use actualmente para definir a la persona asociada con el vocablo, y, porque no decirlo, ser friki es casi aconsejable en ciertos círculos.
Estas cavilaciones, no son sino el pasatiempo de una mente alterada (no podemos decir las causas), pero siempre hay una motivación, o incluso varias, detrás. En mi caso, varias, variadas y caóticas en su organización.
Intentaré dotar de algo de coherencia la parrafada anterior con las próximas.



Me encanta ver «los comerciales de la Teletienda». Creo que hay pocas cosas en televisión, en el mundo entero que puedan llegar a compararse con semejante derroche de repeticiones con variación, permutaciones y combinaciones de las mismas palabras para decir lo mismo durante ¿quince minutos? y no cansarme jamás de escucharlas una y otra vez. Ahora hay un anuncio que es mi favorito (¡claro que existe un ranking!): el de los éxitos de la música disco de todas las épocas (¡¿?!), presentado por KC, con la chaqueta de los sábados bailongos y una camisa, que se intuye, de estampado imposible. En ese no parar de música de baile setentera se incluye la canción que da nombre a este post (si es que el resto de entrecomiqueros se atreve a verlo publicado): Le «freak», c´est chic… y es que estos americanos, que adelantan que es una barbaridad, ya veían venir el fenómeno «friki» y nos lo ponían en bandeja, para que fuésemos mentalizándonos… y en francés, para que el factor moda quedase bien patente, con dos décadas -o más- de aviso.


KC, Cher y uno de los Kiss: ¿se puede pedir mejor plantel para ilustrar este post?


El segundo punto que me hizo escribir esto, fue mi sobrina. El otro día (siempre es «el otro día») mi querida sobrina cumplió 16 años y se empeñó en que viese los trillones de vídeos que tiene grabados con sus amigas. Ante mi cara mezcla de horror, espanto y estupefacción, me dijo: «Ya verás: es que somos muy frikis». En la mayoría de ellos, aparecían cantando, cosa muy típica de las dieciseisañeras. Lo que me llamó la atención es que dijese de sí misma y de su entorno que eran «frikis». Y si una chica de su edad lo usa sin inmutarse , es que está de moda. Es un hecho, ¿no os parece?

El tercer punto es que yo nunca había utilizado el término «friki» hasta que me enrolé en esto de los cómics. Tampoco sé decir cuánto tiempo llevaba acuñándose el término friki para definir a un grupo determinado de personas, unidas por una afición común. En el caso de los lectores de tebeos, supongo que bastante tiempo. Yo soy medio novata en todo esto y la mayoría de la terminología sigue sorprendiéndome. Porque, queridos y queridas, hay toda una parafernalia extensa e intensa en todo lo que rodea al lector habitual (y, a veces, compulsivo) de tebeos. Está el término general FRIKI, que, por lo visto, engloba a todos y todas (cada vez, ellas son más y más, pero por economía lingüística, me permitirán -y seguro, agradecerán- que use el género masculino como género), aunque después vienen los apellidos: pijamero, gafapasta, otaku, por poner tres de los más reconocibles, aunque seguro que hay muchos más (no todos son Pérez o Fernández). Y como estamos en el país que estamos y aquí, nadie es ni quiere ser menos que nadie, nos ponemos un segundo apellido, para que quede claro el origen y la preferencia. En este caso, éste viene dado por el personaje de cómic en cuestión o por el padre de la criatura… Y así hasta el infinito (y más allá) si la criatura en cuestión tiene padre, madre, novio del padre o novia del padre, ya que como es bien sabido, nada tiene que ver mismo protagonista si es guionizado por Tal o Pascual, o si es dibujado por Mengano… ¡Queda claro que no me mojo!


«Esto» es lo que sale en google al buscar imágenes «friki» … y con la leyenda textual: Perfecto ejemplo de un Tío Friki


Para mí, no existía lo friki: existía lo freak. Y eso, da un poco de, como poco, respeto. Desde la distancia. No mola. No es divertido. No es apetecible ni está de moda. Ni es, por supuesto, chic.
Y ahora resulta que soy friki para los amantes de las etiquetas.
Y por seguir con el mundo de las etiquetas, que en general tanto nos gusta a la especie humana, de los tópicos típicos (que nos facilitan la vida y nos evitan tener que pensar mucho) y la clasificación de las distintas especies, saltándonos los términos latinos, que ahora lo que manda es el inglés, el friki de los tebeos viene a ser un individuo, generalmente masculino, asocial por vocación: sin novia ni amigos conocidos, cochino, enganchado a la red, mellado, sin pelo pero velludo hasta límites imposibles, con su santuario intocable y absolutamente abstraído del mundo circundante, lo que implica un total desconocimiento de los modos de relación, de-modé en el sentido más amplio de la palabra y preocupado hasta la extenuación por cosas tales como el grado de apertura de sus venerados cómics, que nunca presta, a la hora de leerlos.
Pero esto ya no es así: ¿En qué momento de la cadena trófica (¿?) se ha llegado a cambiar totalmente el significado de ese significante con tan mala prensa? ¿Quién es la mente, privilegiada o enferma o ambas, que ha mezclado semejante par de elementos indisolubles y ha conseguido que las partículas formen una nueva sustancia, en la que no parece haber grumitos ni disociaciones moleculares? ¿Acaso lo que se pensaba que era ser friki… no lo era? Ser friki es mucho más suave, gracioso, nada repulsivo, por mucho que se diga: es simpático. Y, no nos olvidemos: ¡está de moda! le pese a quien le pese, porque a nadie le gusta que su club elitista, pase a ser proiedad de todo el mundo, aunque sea un club de frikis… No nos gusta que niuestra parcela privada e íntima empiece a ser noticia habitual en los telediarios: vale que salga en Miradas 2, pero en España Directo un día sí y otro, también… Supongo que todo esto nace de la necesidad que sentimos de vernos diferentes del resto, de querer salir de la norma, aunque sea para meternos dentro de otro grupo de seres humanos, pero más reducido, más específico, con claras diferencia con la masa (no esa Masa, ¡frikis!) informe que creemos que es el resto.

Todo empieza en La ML de Cómics y sus quedadas frikis -llamadas así por los mismos componentes- a las que me apunto sin dudar: la curiosa impenitente que habita en mí no puede pasar sin ir. Como no tenía ni idea de qué era un friki, me informo: resulta que hay tantas definiciones de friki como personas a las que pregunto y eso, la verdad, no ayuda mucho. Llegamos al estreno de Los 4 Fantásticos (Mar: ¿eso no te dice nada? me susurran voces) y allí me encuentro gente sin ningún estereotipo de esos que tanto gustan de lanzar por ahí: limpitos, simpáticos, encantadores, amables, con pareja, con amigos, padres de famila… eso sí: con camisetas de superhéroes o de personajes de cómics (¡menudos posts hubo por aquella época con las camisetas de superhéroes del Zara!). Yo misma llevo una de Corto Maltés, pero es más bien para identificarse a primera vista… ¿o es verdad que ya empiezo a ser eso que digo que no soy?
No sé aún qué es ser friki.
¿Si lees tebeos eres friki? ¿Si cantas con tus amigas eres friki? ¿Si ves Días de Cine a cualquier hora eres friki? ¿Y los de la Hora Chanante? ¿Si te sabes de memoria Xanadu en inglés? ¿Si coleccionas Taxis del Mundo eres friki? ¿Si no puedes pasar sin ver El Diario de Patricia? ¿Si escuchas a ABBA hasta la saciedad sin agotarte? ¿Si tienes desgastado el pause del DVD para ver si a Darth Vader, al matar al Emperador, le sale un esqueleto en la máscara? ¿Si te pasas horas mirando un atlas?


Orgullo friki, según Forges


¿Qué es ser friki?
¿Existe lo friki?
¡¿Está de moda lo friki?!

Yo no sé, no contesto. Tal vez porque soy parte implicada, dirán las malas lenguas, que las veo afilarse desde lejos.
Yo siempre he creído que era rara, pero esto también dará para otro post, si mis queridos -y frikis- compañeros de Entrecomics, me dejan con vida después de éste.

Besitos,
Mar