Balada de la costa oeste (Manchette & Tardi). Norma, 2006. Rústica. B/N. 80 pág. 7 €
Lo ha vuelto a hacer. Y mira que lo dudaba, ya, pero lo ha conseguido. Con Balada de la costa oeste, adaptación de la novela de Patrick Manchette conocida por estos pagos como Volver al redil, Tardi ha vuelto a dar la campanada. Tal vez no llegue al nivel de aquella primera adaptación que realizó de Manchette, Griffu, que es (y que me perdonen los amantes de Nestor Burma) el mejor polar que ha hecho nunca Tardi, pero desde luego es un dignísimo heredero. Un thiller muy entretenido, excelentemente narrado, y con mucha mala leche detrás, como debe ser.
En Balada de la costa oeste, por una de esas casualidades de la vida tan queridas por el género negro, un ejecutivo pequeñoburgués de vida vulgar y rutinaria se ve envuelto, ni más ni menos, que en la lucha por su vida. Un fortuito acto solidario le pone en el punto de mira de un peligroso mafioso que envía en su busca dos entrañables matones. La carrera por la supervivencia le obligará a tomar decisiones para las que no está preparado y a soportar situaciones que jamás hubiese imaginado, y esto sirve a Tardi (y antes a Manchette) para realizar un estudio psicológico de todo un segmento de la sociedad disfrazado de novela negra. El protagonista es tanto más creíble en cuanto que su personalidad anodina no deja de serlo a pesar del peligro constante, y continúa amando sin amor, luchando sin pasión y viviendo sin un objetivo claro, conformando el retrato de un ser humano por desgracia tan frecuente hoy en día.
Si ya el argumento (y la idea que se esconde detrás) resulta interesante aunque pueda parecer poco original, lo es más el modo en que Tardi adapta la obra literaria al cómic. Utiliza la fórmula del narrador omnisciente, y para ello utiliza en ocasiones grandes cantidades de texto, manteniendo casi intactos fragmentos completos de la novela y apropiándose del muy irónico tono de escritura de Manchette. Sin embargo el texto no ahoga la narración, y Tardi sabe alternar estas escenas con las escenas de acción, de modo que el ritmo de lectura no se resiente, e incluso se intensifica la sensación de expectación cuando, en varias ocasiones, el texto anticipa en varias páginas desenlaces dramáticos que se mostrarán más tarde. En estas ocasiones es especialmente interesante observar las imágenes “desfasadas” con las que Tardi decide ilustrar la página, porque ofrece relevantes pistas sobre la personalidad y la (des)motivación del protagonista. Habría numerosos detalles sobre los que llamar la atención, pero es preferible que el lector los vaya descubriendo y disfrutando por su cuenta, al fin y al cabo, estamos hablando de un thriller…
La maestría gráfica del dibujante francés es más que conocida, especialmente cuando se trata de retratar su querido París, pero en esta ocasión gran parte de la acción transcurre en otros escenarios, que Tardi sabe representar a la perfección. Es una lástima que la reproducción de los negros en muchas páginas resulte deficiente, pero a pesar de las reticencias iniciales no me parece que la reducción de tamaño que ha aplicado Norma respecto al original reste muchos enteros a la obra, y de este modo ha podido editarse a un precio muy competitivo. Hay que tener en cuenta que el autor cuenta con una buena legión de fieles seguidores que habrían comprado igualmente esta obra editada a mayor tamaño a un precio mucho mayor (¿el doble?). Es una iniciativa que hay que aplaudir a Norma, y esperemos que la jugada les salga bien y más de uno “pique” con esta loable apuesta editorial y descubra a uno de los más importantes autores franceses de todos los tiempos.
Excelente, tebeos como este hacen grande el cómic