¡Chhht! (Jason)

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¡Chhht! (Jason). Astiberri, 2002. Rústica. 128 págs. B/N. 12 €



Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Como todo, esta frase hecha es relativa, si tendemos a ponerlas bajo un microscopio o queremos llevar las situaciones al límite, pero en general, bien pudiera ser así. Pocas cosas hay, al menos que tengan relación directa con esta página, como una historia bien narrada, con palabras e imágenes que nos aportan, como lectores de tebeos, lo mejor de ambas posibilidades (a veces, también lo peor, pero seamos hoy optimistas). Aún así encontramos, al menos, una tercera vía ¿qué sucede cuando nos encontramos con una historia que prescinde absolutamente de la palabra escrita?
Así es este ¡Chhht!, que nos pide silencio desde el mismo título, en el que su autor, el noruego Jasón nos invita a pasearnos por un tomo en el que todo es dirigido desde el dibujo, permitiéndose el lujo de incluir algún signo o la licencia de alguna onomatopeya de sonidos, pero sin más concesiones a lo escrito.

En este tomo, editado por Astiberri, con la calidad acostumbrada, nos encontramos ante una serie de historias cortas con un sustrato común: el temor del ser humano hacia y al enfrentarse con sus propios miedos y dudas, entendiendo por tales las preocupaciones más profundas de su ser. ¿Cómo puedo vences una soledad no deseada? ¿Cómo convivir con una muerte que sé cercana que me acompaña y acecha en cada paso? ¿Cómo afrontar una paternidad desconocida? ¿Seré, soy buen padre? ¿existe la felicidad más allá de la mera palabra? ¿Se puede comenzar de nuevo a partir de unas ruinas humanas? ¿Y cambiar el ser desde el estar? ¿Cuánto tarda en recomponerse un corazón despedazado? ¿Uno deja de ser invisible a través de sus actos? ¿Se puede acabar con el yo insatisfactorio?

Todas estas cuestiones nos las plantea Jason, o al menos eso creo yo, en sus historias desde lo que parece ser la más absoluta desesperanza, con dolor hondo, pero con ganas de encontrar una respuesta intentando llegar algo más lejos, consiguiéndolo a veces y otras, al menos, atisbando un posible final, que bien puede convertirse en un nuevo inicio. Tampoco falta cierta dosis de sentido del humor para tomarse las situaciones adversas con perspectiva, pero el tono de este volumen no es, ciertamente, humorístico.

Interior



Siendo el apartado gráfico la parte fundamental en estas historias, hay varias cosas que llaman la atención: prácticamente todas las páginas, alguna excepción queda, están formadas por una retícula fija de 2×3 viñetas, en riguroso blanco y negro, sin grises intermedios que nos ayuden a digerir la intensidad de lo allí expuesto. La otra es el uso de personajes antropomórficos: el protagonista es una especie de cuervo de grandes ojos vacíos, sin pupilas soñadoras, aterradoramente huecos y tristes. Nos expone ante momentos de felicidad o sentimientos muy próximos a ella, pero este personaje principal no parece llenar nunca sus ojos con algo cercano, ni siquiera a la alegría. Parece estar en la intuición que no durará mucho y, partiendo de esa certeza, no puede dejar de pensar en el futuro que, con seguridad, traerá de nuevo la debacle, el temor, a esta vida, este precioso instante que ahora vive, pero que no disfruta. Estas expresiones están absolutamente conseguidas, y por consiguiente, la transmisión de esos sentimientos, por alguno de los cuales hemos pasado, pero es tanta y tan grande la desolación y la tristeza que en determinados momentos ha hecho que me sintiese totalmente desplazada de la historia que se contaba. Supongo que el autor ha vertido en este tomo sus (o parte de) sensaciones y sentimientos más profundos, tal vez, utilizándolo como vía de escape: un duro, durísimo ejercicio ce sinceridad, filosofía propia de la vida y de las relaciones humanas, que por momentos emociona, llevándote en volandas hasta la conexión empática, y que en otros, como he comentado, me desplazó fuera de su particular universo.

De ahí que me haya costado (mucho más que en otras ocasiones) el llegar a una conclusión respecto a este álbum, al que le tenía muchas ganas y que, en su conjunto, ha resultado una pequeña decepción, pero que deja con mucha curiosidad para acercarme a sus próximas obras.


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Interesante, pero no resiste una purga por motivos de espacio


Mar