FIRMADO MR. J (XXII) Colmillos de fuego y sangre

portada los defensores

A finales de 1972, con veinticinco años recién cumplidos, Steve Gerber (San Luis, 1947-Las Vegas, 2008) irrumpe en el mundo del cómic de la mano de Roy Thomas. Ambos habían nacido en Misuri y se conocían previamente, y cuando el primero pide a Thomas que lo rescate del tedioso trabajo en una agencia de publicidad, el entonces editor en jefe de Marvel decide darle una oportunidad. En aquellos años de crecimiento de la editorial, los artistas se multiplicaban para cubrir toda la producción mensual y Gerber debuta con tres tebeos que llevan fecha de portada de diciembre: el primero es Hulk 158, cuyo guion está firmado a medias con el propio Thomas; el segundo, Shanna the She-Devil 1, en el que Gerber completa los diálogos de Carole Seuling; y el tercero… el tercero es la joya “Night of the Nether-Spawn”, publicada en el número 11 de Adventure Into Fear y protagonizada por Man-Thing.

            El trabajo de Gerber con el Hombre Cosa es una de las cúspides narrativas de Marvel, un tebeo fascinante, reflejo de una época turbia y un autor singular. El escritor usa la serie como territorio de libertad creativa, como escaparate de sus ideas y obsesiones y como tablón donde discutir, con la frescura del veinteañero, las contradicciones y la decadencia social y cultural de Estados Unidos. La arriesgada propuesta toca la fibra de los lectores, y en apenas un año el personaje conquista su propia cabecera. Es precisamente en uno de estos tebeos (el 19 de Adventure into Fear) donde surge por primera vez la que será máscara definitiva de Gerber, el célebre pato Howard.

            Mientras teje su peculiar visión de América con Man-Thing, la popularidad del guionista va en aumento. Escribe y edita el magazine satírico Crazy y firma un reguero de historietas de héroes o antihéroes que, en sus manos, se vuelven siempre más interesantes: Daredevil, Simon Garth, Morbius, Lilith o el Hijo de Satán son algunos de los beneficiados de su talento. A estos se suma a comienzos de 1974 la Cosa, cuya colección en solitario, Marvel Two-in-One, cuenta con Gerber desde su mismo inicio hasta el número 9. Para finales de ese año, se siente capaz de asumir las riendas de un supergrupo, pues quiere explorar las dinámicas y conflictos entre personajes. Con Englehart en Los Vengadores, Len Wein en Los 4 Fantásticos y La Patrulla-X en el limbo de las reediciones, la cabecera elegida es la de Los Defensores, que cuenta con lápices de Sal Buscema.

los defensores 1

            Han pasado solo dos años desde su primer guion, pero Gerber tiene hechuras de veterano: en este tiempo ha escrito más de cien. Llega a Los Defensores con los ojos puestos en los problemas de la sociedad que le rodea, una acusada vena satírica y un interés evidente por el psicoanálisis. El resultado será otra de las cimas de la compañía. Es esta inolvidable y revolucionaria etapa la que ha comenzado a recopilar Panini con Los Defensores: Colmillos de fuego y sangre, que contiene el primer tercio del total. Comienza como si nada, pero va creciendo a ojos vista hasta convertirse en una irresistible obra maestra.